Karina Aguilar Vega

 

Dicen que lo cortés no quita lo valiente, pero parece que el presidente Andrés Manuel López Obrador piensa que debe ser grosero para hacerse escuchar a nivel internacional y ocultar los grandes problemas a nivel nacional.

Y es que cuando uno cree que no puede haber una afrenta mayor en materia diplomática, el primer mandatario decide redactar, sobre las rodillas y en un trayecto de avión, la respuesta nada diplomática y totalmente visceral al Parlamento Europeo, organismo que señaló que México es el país más peligroso y mortífero a nivel mundial para ejercer el periodismo, fuera de una zona de guerra.

Pero quizá lo que más disgustó al señor Presidente es que 607 de 705 eurodiputados consideraron que la situación se ha deteriorado desde que él llegó al poder y calificaron de preocupantes “las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del Gobierno mexicano contra los periodistas y su labor”.

Los parlamentarios hicieron alusión a la “retórica populista” del presidente López Obrador en sus conferencias de prensa diarias para “denigrar e intimidar a periodistas independientes, propietarios de medios de comunicación y activistas”.

La respuesta decidió redactarla el Presidente al calor del enfurecimiento: “Es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la cuarta transformación”, soltó en las primeras líneas de una carta dirigida al Parlamento Europeo en el que están representados siete grupos políticos de 27 países.

El texto de seis groseros párrafos invitó a los parlamentarios europeos a informarse y leer bien antes de emitir su voto. Y les pidió no olvidar que ya no somos colonia de nadie. Lo cual estoy segura tienen muy claro los europeos.

México ha mantenido una buena relación diplomática con prácticamente todo el mundo, salvo algunos tropiezos en la historia reciente, como el famoso “comes y te vas” de Vicente Fox a Fidel Castro; pero en lo que va de la actual administración federal, el presidente López Obrador ya insultó a la canciller de Panamá, a quien comparó con la Santa Inquisición; ya solicitó a la corona española y al papa Francisco que pidan disculpa a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos en la Conquista, sí, hace 500 años. Exigió al Gobierno Austriaco que regrese el penacho de Moctezuma y ahora, arremetió contra el Parlamento Europeo.

Todo pareciera que el mensaje a los europeos es más un enorme distractor del Presidente que logró colocar en el debate nacional temas distintos a la incontenible inflación, la creciente violencia en Michoacán, Zacatecas y Jalisco y, por supuesto, la casa gris de su hijo José Ramón, en Houston.

Dicen que para grandes problemas, enormes distractores.

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Tres filas de vallas metálicas, personal de seguridad e incluso mujeres integrantes de la Marina se dispusieron para resguardar la casa del Presidente el pasado 8 de marzo, ¿por qué tanto miedo a las mujeres?

 

@aguilarkarina