La comunidad internacional es un medio que reúne a las organizaciones políticas a lo largo del planeta. Los distintos conflictos surgidos a través de la historia de la humanidad dieron paso a organismos internacionales que agrupan a dos o más Estados, con el fin de generar alianzas, bloques y corrientes, así como para idear medios de soluciones a controversias, de manera pacífica y que eviten la repetición de episodios sangrientos, como guerras, intervenciones, conquistas y demás conflictos bélicos que han cobrado la vida de millones de seres humanos, y generado heridas profundas en distintos pueblos del mundo.

Durante la Guerra Fría, el planeta se dividió en dos grandes grupos, el capitalista y el socialista, representados respectivamente por Estados Unidos y la Unión Soviética, y se creó un grupo de naciones no alineadas o tercermundistas (concepto que, con el tiempo, adquirió un sentido peyorativo, pero que se refería a la no pertenencia a ninguno de los dos bandos o “mundos”).

Con la caída del Muro de Berlín, el socialismo sufrió una gran derrota histórica, que fue seguida por la disolución de la URSS, dando lugar al nacimiento de distintas naciones que en su tiempo integraron a ésta, como es el caso de Ucrania.

Si bien en la actualidad ya no existe una lucha ideológica entre capitalismo y socialismo a nivel global, los intereses de Rusia y Estados Unidos todavía encuentran puntos de choque en cuanto a sus respectivas influencias. Por una parte, Ucrania guarda una mayor coincidencia cultural con Rusia, mientras que la capital Kiev y otras regiones tienen más afinidad por la Unión Europea y la inclusión en la OTAN.

Las tensiones políticas y militares se han intensificado en los últimos días, luego de que el presidente ruso Vladímir Putin reconociera la independencia de las provincias ucranianas separatistas Donetsk y Lugansk y enviara efectivos militares a esa zona, lo cual provocó reacciones varias, entre ellas, del Consejo de Seguridad de la ONU, que en reunión extraordinaria lamentó la decisión del mandatario y la consideró contraria a la Carta de las Naciones Unidas.

No obstante, cabe destacar que esta condición de Estados con reconocimiento limitado no es exclusiva de las mencionadas regiones, sino que la comparten con Israel, Palestina, Kosovo, Armenia y Taiwán.

Por su parte, Estados Unidos impuso sanciones a Rusia, que implican la imposibilidad de negociar la deuda soberana del país más grande del mundo en el sistema financiero de la Unión Americana, así como aislar del mismo a dos importantes bancos y algunas familias de la élite rusa, al considerar que no contribuyen a la solución del conflicto. El Gobierno de China se pronunció en contra de tales medidas.

Las autoridades diplomáticas mexicanas anunciaron que la postura oficial es en favor de la solución pacífica y el respeto a la integridad de Ucrania, lo que significa, por el momento, no emitir comunicados respecto a la independencia de las regiones prorrusas, ya que esas declaraciones unilaterales se han interpretado en el derecho internacional como medidas injerencistas, contrarias al principio de no intervención.

Desde el Senado de la República, emitimos votos a favor de la paz y la diplomacia, ya que un conflicto armado de escala mundial implicaría incalculables pérdidas humanas y materiales, que abonarían al ya complicado contexto económico y sanitario que atraviesa el planeta.

¿Cuánto más hace falta para sentarse a dialogar? Aún es tiempo de preservar la paz.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA