Pancho Graue

¿Qué hace diferente a Dante Delgado del resto de los políticos en el actual contexto político?

Primero, su enorme capacidad de establecer pactos con todos aquellos que le sean necesarios para sus fines políticos; segundo, una vez definido el pacto y establecido el tiempo -y caducidad- del mismo, los cumple a rajatabla. Por último, un rasgo que tal vez sea el que más se extraña en la política mexicana: sabe rectificar si entiende que se ha equivocado. Y lo hace rápido, un corte limpio, implacable y a lo que sigue.

Si duda de lo anterior, pregúntele a Roberto Palazuelos -pasó de Diamante Negro a Triste Carbón– quién conociendo a Dante, salió de Quintana Roo de puntitas y por la puerta de atrás.

En su trayectoria política Dante ha sido casi de todo: gobernador interino de Veracruz -sustituyó a Fernando Gutiérrez Barrios- diplomático, dirigente partidista -Convergencia y Movimiento Ciudadano (MC)-, diputado y senador. ¿Le falta algo? Sí. Un presidente de la República que apoye incondicionalmente su proyecto político.

Ha estado cerca de conseguirlo. Apoyó a varios expresidentes priistas, a Cárdenas, a AMLO, su más reciente intento fue con Ricardo Anaya -tal vez el peor personaje que ha apoyado-. Ahora está ante un nuevo reto, que podría ser su última oportunidad.

Dante está en camino de construir una idea muy diferente a lo que solía hacer. Ya no acompañará ninguna alianza futura, ni comprometerá su proyecto político de centro izquierda con personajes que están en su antípoda ideológica.

Adoptó a Enrique Alfaro y lo llevó de la mano desde 2015, finalmente en 2018, MC ganó el Gobierno de Jalisco y además la presidencia municipal de Guadalajara. Este punto de inflexión le permitió irrumpir en la escena política nacional con fuerza propia.

Sabe leer como pocos los sentimientos colectivos de la población y así, impulsó para el Gobierno de Nuevo León a un personaje totalmente disruptivo: Samuel García -nada podía ser peor que El Bronco– y de cara a la sucesión presidencial escogió con todo cuidado a su candidato para Monterrey: Luis Donaldo Colosio Riojas. En ambos casos acertó. ¿Cómo va a salir el experimento de Samuel como gobernador? Nadie lo tiene claro. Pero sin duda, Dante será muy cuidadoso con Colosio y no permitirá que la compleja relación entre Samuel y Luis Donaldo dañe a este último.

Dante ya no tiene duda, ve a MC como partido en el Gobierno, y para lograr su posición de líder de la sucesión desde la oposición, tener un triunfo en Quintana Roo sería un golpe mortal a la línea de flotación oculta del régimen: el Partido Verde. El PV tiene la llave del control legislativo que le permite transitar a AMLO con un margen de maniobra crítico.

La candidata de AMLO/PV en Quintana Roo es Mara Lezama -expresidenta municipal de Cancún-, ganar este Estado es una pieza clave para el proyecto del Tren Maya, así como para retener el control de los enormes recursos que su construcción y operación implican.

La propuesta de Palazuelos como candidato a gobernador nació mal y terminaría por convertirse en un problema crónico para Dante, quien, astuto como es, sabía que no sólo tenía que cambiar de candidato sino presentarse con algo mejor. ¿Y qué mejor que cuestionar a Mara y al PV desde Morena? José Luis Pech era la respuesta correcta. Muy conocido en el estado y con una larga trayectoria, conoce dónde están los puntos débiles -corrupción- de la candidata y del PV estatal.

Pero el efecto no termina allí, Dante marca el inicio de todas las fracturas que tendrá que enfrentar Morena, y envía un claro mensaje al PAN, PRI y PRD: La Alianza soy yo. ¿Quién es el mensajero? Demetrio Sodi.

Cambiarán muchas cosas y en todas ellas Dante Delgado estará presente. No lo pierda de vista.

@Pancho_Graue

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