Foto: AFP / En ambos lados del océano Atlántico, lluvias torrenciales y tormentas afectaron a millones y han cobrado la vida de 168 personas  

La inclemente naturaleza azotó a ambos lados del Atlántico en Sudamérica y Europa, y cobró la vida de más de una centena de personas en los pasados días. Y es que cuando se trata de fuerzas que el ser humano no puede controlar, da lo mismo vivir en una región con recursos e infraestructura adecuada que en una favela cuyas edificaciones vulnerables trepan poco a poco por las faldas de un cerro. Los desastres naturales son devastadores para todos.

En el Viejo Continente, la tormenta Eunice provocó importantes daños materiales, cortes masivos de electricidad y obstrucción de las vialidades por todo el noroeste de Europa durante el fin de semana. La tormenta se formó en Irlanda y pasó por partes del Reino Unido el viernes, luego por el norte de Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, antes de continuar hacia Dinamarca y Alemania, donde un tercio del norte del país fue puesto en alerta roja. Las autoridades reportaron la muerte de 16 personas, y llevan a cabo las labores de limpieza, a reserva de los pronósticos de un nuevo vendaval.

Mientras tanto, en Brasil, el desastre de la semana pasada sigue en el recuento de las víctimas mortales que hasta ahora suman 152. Las lluvias torrenciales causaron inundaciones y deslaves en Petrópolis, una localidad a 68 kilómetros de Río de Janeiro. Hasta ahora solo se han identificado 124 cuerpos, aún hay 165 personas desaparecidas y más de 800 damnificados en refugios de emergencia.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

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