Foto: Archivo Cuartoscuro / Es así que la política exterior no juega un papel preponderante, al menos aparentemente, en la administración del país  

En un tercer nivel de conflictos internacionales, el de las declaraciones y roces diplomáticos coyunturales, México es un buen ejemplo, pues no pocas veces se ha confrontado por dichos polémicos con países… amigos

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha explicado que, según su forma de ver las cosas, la mejor política exterior es tener una buena política interior.

“En el manejo de su política exterior (…) hay una clara intención de supeditar la política exterior a la interior, y de llevar los intereses nacionales -cualesquiera que estos sean para el Presidente-, a esa política exterior”, opinó la internacionalista y académica de la Universidad Panamericana María Fernanda Vidal Correa.

Es así que la política exterior no juega un papel preponderante, al menos aparentemente, en la administración del país, “sino de apoyo o de consecución de intereses hacia el interior, por eso tiene ese rol secundario, y por eso no la maneja de una forma típica o tradicional, diplomática”, agregó la investigadora.

Al tabasqueño se le criticó al inicio de su administración en 2018 (e incluso desde antes) por no haber salido del país y por carecer de una clara agenda internacional.

“Así ha sido la política exterior en este sexenio”, dice Vidal Correa, “en un inicio no tenía mucha importancia, se vio reflejada en la ausencia del presidente en los foros internacionales; recupera relevancia cuando se le viene encima la crisis por el Covid-19, que le genera la necesidad de lazos internacionales y alianzas”.

Para el doctor en Administración Pública por el INAP y maestro en Relaciones Internacionales por la UNAM, José Joel Peña Llanes, el Presidente ha tratado de mantener una coherencia en su discurso, manteniendo un acercamiento con actores que se inclinan por ideologías de izquierda, y criticando a aquellos que se ubican del lado derecho del espectro político.

“Los seguidores del Presidente valoran que se pronuncie a favor de los oprimidos y en contra de las potencias que históricamente los han dominado; sin embargo, las personas que no comulgan con sus ideas ven estas reacciones como ejemplos de intolerancia y de falta de tacto político”, argumentó.

LEG