Los debe pagar y no tiene de otra. Napoleón Gómez Urrutia robó a los mineros de Cananea 55 millones de dólares, su avaricia, pocos escrúpulos y su hambre por ser cada día más rico, privó a más de 10 mil familias mineras de la oportunidad de tener un mejor futuro.

Tras 15 años de oponer resistencia y de interponer amparo tras amparo, un cuarto laudo emitido por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) deja en claro lo que muchos gobiernos atrás señalaron, que Napito sí se robó los 55 millones de dólares, que no es un perseguido político y que huyó a Canadá para no pisar la cárcel.

Por orden de la JFCA, Napito debe regresar 54 millones de dólares a los mineros, dinero que depositó Grupo México al sindicato para que éste fuera el encargado de dispersar los recursos entre los involucrados; sin embargo, no fue así, ya que investigaciones demuestran que Napito sí lo repartió, pero entre sus familiares y amigos.

Hoy quieren hacer creer que existe un conflicto entre la sección 65 del Sindicato Minero de Napillo y Grupo México; no obstante, no hay nada más alejado de la realidad, las relaciones laborales entre ambos concluyeron en 2010, cuando se determinó que la huelga en la Mina de Buenavista del Cobre, en Cananea, Sonora, era ilegal, decisión que fue avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El único conflicto minero que existe en Cananea es la negativa de Napito a regresar lo robado.

No hay prueba más contundente que no se ha terminado con la impunidad, el tráfico de influencias y la corrupción como asegura la 4T.

¿Quién en este país puede ser condenado por más de cuatro ocasiones y negarse a acatar la ley?, ¿quién?, solo alguien que vive bajo protección del Estado.

El cuarto laudo evidencia la vileza de Gómez Urrutia, muestra las perversiones del sindicalismo y la fragilidad en la que viven algunos obreros en manos de impostores. Muchas de las víctimas de Napito murieron esperando la retribución que les correspondía y por la que trabajaron, mientras que el heredero del sindicato despilfarró el dinero ajeno en lujos, mansiones y excesos que compartió con su familia.

¿Esa es la justicia que merecen los obreros de este país? Definitivamente no. Espero que las autoridades de este gran México coincidan conmigo y pongan un alto. Hoy Napito sigue haciendo lo que quiere, extorsiona empresas, estalla huelgas y provoca conflictos obreros que llegan hasta el derramamiento de sangre.

Dice: “Nunca he robado, nunca he traicionado a los mineros”, entonces pregunto, ¿Los mineros y empresarios mienten? ¿Con qué pagó Napito su exilio en Canadá? ¿De dónde paga todos sus lujos, de dónde sus viajes, de dónde las mansiones? ¿De las regalías de sus libros o de su salario? Habrá que ser muy tonto o muy ingenuo para creer que alguien puede llevar una vida así, producto de la honestidad.

Ante las injusticias, dejé hace 13 años el sindicato de Napito, y junto con un grupo de compañeros valientes y honestos decidimos crear una nueva casa para los mineros, conformamos el Sindicato Minero Metalúrgico FRENTE.

Este febrero cumplimos 12 años de su formación y también, debo decirlo, atravesamos una embestida desmedida por parte de este personaje, que ha tratado de silenciarnos y acabar con nosotros.

Honramos a los que se sumaron a estos 12 años de lucha, de resistencia, misma que no se frenará por más adversidades, porque somos muchos los que creemos que las cosas deben ser mejores.

 

@CarlosPavonC