Tamaulipas: un caso de éxito en materia de seguridad pública
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Durante varios lustros, Tamaulipas ha sido considerada como una de las entidades federativas con mayores índices de inseguridad; diversos instrumentos oficiales de medición tales como la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública o el Observatorio Ciudadano de Tampico-Madero-Altamira (OCTMA) dieron cuenta, en su momento, de las circunstancias por las que atravesaba el estado. De la misma manera, los medios de comunicación publicaron la terrible ola de violencia que azotaba Tamaulipas, constatándolo la opinión pública y la sociedad tamaulipeca.

Desde México SOS y después de varios intentos, se logró concitar a un grupo de valientes ciudadanos que se apostaron por echar a andar lo que hoy es la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de Tampico-Madero-Altamira, primera Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia (MCSJ) de la entidad, bajo el modelo de gestión coordinado y desarrollado por México SOS, y a la que le siguieron las MCSJ de El Mante, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Matamoros.

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El trabajo de las MCSJ se finca en tres ejes: CORRESPONSABILIDAD, CONFIANZA Y EFICACIA. Modelo que se compone por ciudadanos sin cargo público (sociedad civil) y ciudadanos con cargo público (autoridades de los tres órdenes de gobierno).

La relación de colaboración entre ciudadanos y autoridades ha dado un vuelco en Tamaulipas, pues se ha generado una cultura de trabajo corresponsable, en donde cada uno, desde su trinchera y con objetivos comunes, logran las metas, medibles y cuantificables, acordadas en las Reuniones Plenarias que se llevan a cabo mensualmente.

Las gráficas que se presentan a continuación ilustran, con datos duros, cómo han ido a la baja los índices de los delitos que más aquejan a la sociedad tamaulipeca.

Paralelamente, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, en su informe del cuarto trimestre de 2021, revela que la ciudad de Tampico, se ubica en el primer lugar de percepción de seguridad (74.7) entre las ciudades de más de 500 mil habitantes, seguida por la ciudad de Mérida, Yucatán (72.1) y Saltillo, Coahuila (71.5).

Es muy notable observar en las gráficas la disminución radical en el delito de secuestro en la entidad, de manera constante se ha mantenido a la baja y en un 90% menos, respecto del pico más alto (2014: 262 secuestros; 2019: 31 secuestros; 2020: 21 secuestros y 2021: 23 secuestros).

Asimismo, respecto a la incidencia delictiva y en el comparativo nacional, Tamaulipas se encuentra, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, en el tercer lugar del país en donde menos delitos se han cometido por cada 100 mil habitantes de más de 18 años, superando a entidades como Yucatán, Campeche o Querétaro; y situándose 10 puntos debajo de la media nacional (20.6 vs 30.6, siendo la máxima 50+).

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Es fundamental enfatizar que la suma de voluntades tiene un peso específico y esencial para que el modelo funcione. La voluntad, compromiso y liderazgo de las autoridades locales son clave para el logro de las metas. Asimismo, la articulación y coordinación entre las diferentes instancias de gobierno, son cruciales para que este trabajo de colaboración entre ciudadanos y autoridades sea exitoso.

Tamaulipas es un ejemplo de cómo sí se puede cambiar una realidad, a pesar de circunstancias sumamente complicadas en materia de seguridad; nos da esperanza, porque demuestra que, por muy insegura o violenta que sea una ciudad, cuando hay voluntad, disposición y un buen modelo de trabajo, las cosas pueden cambiar y transformarse para devolver a la entidad la seguridad y la paz.

OH