Foto: Gibrán Villarreal / Las Criptas Literarias, especiales para los lectores, se colocan a las afueras del Museo Panteón de San Fernando  

En las inmediaciones del Metro Hidalgo existe un triángulo invisible donde todos los sábados se reúnen dos tipos de coleccionistas, traficantes y cazadores de libros y juguetes.

Entre semana, se promocionan y se ponen de acuerdo mediante redes sociales, ofreciendo lectura y plástico “del bueno” con la condición de pago contraentrega o con depósito previo si se trata de un envío.

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En primer lugar, están las Criptas Literarias, así llamadas porque se ubican justo a las afueras del Museo Panteón de San Fernando, que alberga algunas de las tumbas más bellas e históricas de la Ciudad de México (como la de Benito Juárez).

En este lugar, los sábados se respira el olor a libro viejo y nuevo a precios accesibles para todos los lectores.

-¿De a cómo el de Arrebatos Carnales II?-, pregunta un joven a uno de los vendedores.

-¡50 pesitos, mi güero!-, le contesta el traficante de libros al comprador, que evidentemente no es güero.

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-Dámelo rápido porque es para mi mamá, si pregunta costó 200 pesos.

El libro rápidamente cambia de dinero y de manos, cuando aparece la madre del joven.

-Mira mamá, te lo regalo.

-¡Ay, hijo! Muchas gracias, pero el que quiero es el primero.

-Bueno mamá, pero no está y te lo estoy regalando ¿Lo quieres o no?

Por supuesto, la señora sí lo quiere.

Apenas a unos metros, sobre el jardín San Fernando, otra clase de negocios se realizan bajo los árboles: la compra y venta de Playmobil, en el llamado Playmotianguis, estos simpáticos juguetes que los adultos coleccionan.

-Mira nada más, aquí está el elefante que me hacía falta para el nacimiento-, dice un señor mientras señala un paquidermo de plástico

-¿De a cómo los romanos?-, pregunta otro

-80 cada uno, traen su casco, su escudo, su gladio y una lanza-, le responde el vendedor.

Pese a ser juguetes, contados son los niños en este minitianguis de Playmobil, donde los precios por figura suelta o accesorio cuestan menos de 100 pesos, la mayoría… Pero algunos sets pueden llegar a costar miles de pesos.

Y en último lugar, un monstruo de las ventas: El Rockshow, un tianguis de juguetes de todo tipo al final de la Alameda Central, a las puertas del Metro Hidalgo.

En este punto hay de todo: Funkos, Mega Bloks, figuras de acción, princesas Disney, Lego, anime japonés, DC, Marvel. De todo un poco y en mejores o peores condiciones.

Aquí los adultos y adolescentes (de nuevo los niños están muy ausentes) se inclinan entre cajas de piezas sueltas de Lego y Mega Bloks, ofertan y ofrecen por piezas que alguna vez tuvieron en su niñez, y que aquí pueden reencontrar y mostrarle a sus hijos.

A diferencia de las Criptas Literarias y el Playmotianguis, en este lugar se hace difícil caminar y no todos portan cubrebocas en medio de la pandemia de Covid-19, además de que la gente toca una y otra vez las mismas piezas.

Libros y juguetes, dos tipos de magia para adultos que serán siempre jóvenes.

 

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