Claudia Shienbaum se ha convertido en la mensajera de López Obrador para los candidatos a gobernadores de Morena.

Los seis candidatos del partido del Gobierno han acudido al antiguo Palacio del Ayuntamiento para entrevistarse con la jefa de Gobierno de la CDMX.

Cada uno deja un testimonio gráfico de su visita a la que llaman desde ahora “La Jefa’’, que por lo visto tiene más poder de convocatoria que Mario Delgado y el mismo secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Los candidatos -que en este momento no pueden llamarse así aunque lo sean-, reciben instrucciones para reunirse con Sheinbaum para tratar temas concernientes a las condiciones para sus campañas.

No son saludos de cortesía, son reuniones de trabajo en las que se analizan escenarios electorales, conflictos internos, la situación general del estado respectivo, compromisos con los grupos locales de Morena y de otros partidos.

Esta operación, que generalmente correspondía al presidente del partido y, como ocurrió en el priato, al secretario de Gobernación -quien era el encargado de entregar los premios de consolación a los perdedores o en su caso ponerlos en orden-, pero la enorme confianza que López Obrador deposita en ella desplazó a Delgado y Augusto López.

Sheinbaum ha ido acumulando poder de a poco desde que el Presidente la designó su corcholata preferida para la sucesión en el 2024.

Es invitada a las reuniones de Gabinete, a las ceremonias cívicas a las que antes no fue ningún jefe de Gobierno o regente de la Ciudad y hasta se da el lujo de placearse en algunas giras presidenciales.

Es temprano aún para determinar si el poder que concentra le alcanzará para llegar incólume a la pelea por la sucesión presidencial.

Desde luego que tiene sus adversarios dentro del propio partido, que por el momento no han jugado sus cartas abiertamente.

Ricardo Monreal aceptó que la candidatura a la jefatura de Gobierno fuera para ella y en el 2012 Marcelo Ebrard se hizo a un lado para que la candidatura del PRD le fuera entregada a López Obrador.

Ambos quieren la candidatura presidencial y ambos están quizá ante la última oportunidad de sus carreras políticas para lograrla.

¿Podrán contra la Jefa?

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Como balde de agua fría debió caerle al acelerado presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez, la decisión del ministro de la Suprema Corte, Juan Luis González Alcántara de prohibir que se interpongan denuncias penales y administrativas en contra de los consejeros del INE.

Recordará que Gutiérrez presentó una denuncia penal en contra de los 6 consejeros electorales que el 10 de diciembre pasado habían votado por posponer la consulta de revocación por falta de presupuesto.

Gutiérrez presentó la demanda penal ante la Fiscalía General pero, ante la reacción de la sociedad y del propio López Obrador, la retiró aunque la denuncia seguía su trámite.

Ahora la FGR tendrá que anular el proceso.

González Alcántara también resolvió que el INE debe realizar la consulta de revocación en las fechas programadas “de la manera más eficiente, tanto como lo permita el presupuesto que hasta el momento tiene programado’’.

O sea, hasta donde les alcance, sin la amenaza de poder ser objeto de una denuncia por faltas administrativas.

Clarito lo específica el ministro.

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Quienes lo vieron recientemente, dicen que Carlos Romero Deschamps traía un cubrebocas que simulaba una sonrisa de oreja a oreja.

Pero que cuando se acercaron para ver bien, ¡no usaba ninguna mascarilla!

¿Pues qué lo tendrá tan contento?

No se ría.