Foto: Cuartoscuro En medio del Covid-19, los cubrebocas se hicieron presentes, así como misas escalonadas a lo largo del día para evitar aglomeraciones  

Movidos por la fe, feligreses católicos acudieron a sus templos locales para presentar al Niño Jesús, en el tradicional Día de la Candelaria, mientras que tamaleros hicieron su agosto tras dos años de pandemia sin grandes ventas.

Por supuesto, en medio del Covid-19, los cubrebocas se hicieron presentes, así como misas escalonadas a lo largo del día para evitar aglomeraciones.

Previsores, los sacerdotes colocaron gel antibacterial y líquido sanitizante en las entradas, cuidando que las personas estuvieran separadas entre las bancas.

Otros templos de plano colocaron sillas al exterior para fomentar la sana distancia, incluso llegando a realizar la misa en los atrios o jardines de los recintos religiosos, para así contar con ventilación natural.

Afuera de los templos, se apreciaban carteles en los que se anunciaban los horarios de las misas y las medidas sanitarias que se tomarían a cabo, pero también en algunas se instruyó llevar a los Niños Dios vestidos de blanco y no de Santos, personajes o alusiones a gustos populares que no tuvieran relación a la celebración, como el niño Covid o el niño Huachicol.

La mayoría de los asistentes acudieron en familia, transmitiendo los padres a los hijos esta tradición Los más pequeños de la casa se mostraban contentos y cargaban también a los Niños Dios.

“Es muy bonito reunirnos para comer los tamales en el desayuno o en la cena, pero también es muy bonito venir a misa con la familia y vivir la tradición completa”, dijo doña Paula a este diario.

“Yo no puedo decir ‘ahorita estoy con Dios’ porque siempre estoy con él, pero siento bonito venir al templo a rezarle como a uno le enseñaron”.

Respecto a las medidas sanitarias, hubo quien agregó que “pues nosotros venimos con nuestro cubrebocas y no nos lo quitamos, porque sí da pendiente lo de los contagios, pero tratamos de cuidarnos entre todos”.

En tanto, la venta de tamales, la tradición culinaria del Día de la Candelaria, comenzó desde muy temprano, pues tanto vendedores que salen en sus triciclos y tamalerías establecidas iniciaron sus ventas desde la madrugada:
“Empezamos a trabajar desde las cuatro de la mañana y hubo personas que llevaron a sus trabajos y empresas sus tamales para su convivio de hoy, así que comenzamos este reparto desde las seis”, narró don Marcelino Martínez, dueño de una tamalería.

“Gracias a Dios la clientela está respondiendo a este día, que para nosotros es importante, es un día que esperamos cada año. Hace un año, desgraciadamente, por la pandemia, pues no se pudo hacer nada, pero este año la clientela está respondiendo favorablemente”, abundó con entusiasmo y alegría.

Más que tamales, recordar a Jesús

En la alcaldía Iztacalco, Salvador Barba, sacerdote de la Iglesia San Pío X, destacó que la importancia del Día de la Candelaria es recordar al Niño Dios, “no es tanto los tamales o el compadrazgo, aunque es consecuencia del cariño y ayuda mucho a la fe en las familias, en estas fiestas son comidas y es una manera de sentirnos unidos”.

El también encargado de Bienes Culturales y Arte Sacro de la Arquidiócesis comentó que la gente debe entender claramente que el Niño Dios y su vestido no es, ni debe ser, un signo de buena suerte, de magia y menos de superstición.

“Es niño no niña se llama Jesús… Por ejemplo, son devotos de la Virgen de Juquila, de la Virgen de Guadalupe, de San Juditas, del Papá Juan Pablo II y lo visten de eso… De futbolista, bueno, es un niño, médico, niño Covid, pero siempre y cuando mantengamos que es el niño que celebramos en Navidad y que a los 40 días fue presentado al templo”.

“Tenemos que hacer un ritual de auténtica fe, expresión de nuestro amor y confianza en el Dios que nos salva. Las estadísticas del Inegi reflejan que en porcentaje somos cada vez menos los católicos… ¿Será acaso que muchos se alejan de Dios, porque nos hemos alejado del Dios verdadero, recurriendo a adivinaciones y chantajes? ¿Queriendo manipularlo y no comprometernos con él y los hermanos?”.

LEG