Foto: Marco Fragoso “Me preocupa, es una bomba de tiempo esa instalación. La verdad tenemos miedo de que algo llegue a salir mal y se origine una explosión que seguro no van a poder controlar”, comentó Lorena  

Vecinos, estudiantes y trabajadores de la alcaldía Iztacalco, en la Ciudad de México, conviven temerosos a diario con el gas, gasolina y diesel que se maneja en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) Añil de Pemex, donde hace tres meses incorporaron una planta de Gas Bienestar.

“Me preocupa, es una bomba de tiempo esa instalación. La verdad tenemos miedo de que algo llegue a salir mal y se origine una explosión que seguro no van a poder controlar”, comentó Lorena, residente en la calle Avena, de la colonia Granjas México.

Infografía: Xavier Rodríguez

Por este motivo, hay vecinos como Erick Manuel que incluso han pensado en cambiarse de vivienda, pero por los altos costos de ésta en la Ciudad de México no ha logrado realizarlo.

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La casa en la que vive, narró a este diario, es herencia de sus padres. “Sabemos que esa planta donde almacenan gasolina, y ahora gas, no se maneja como debe, pero ¿a dónde me voy a vivir con mi familia?, las rentas no bajan de 20 mil pesos en la capital”, expuso.

En el perímetro de la TAR Añil se ubica el Hospital General de Zona 2 A del IMSS, un hotel, el Foro Sol, el Autódromo Hermanos Rodríguez y cientos de viviendas.

En un recorrido realizado por 24 HORAS, se observó la entrada y salida de pipas de combustible de Pemex y Gas Bienestar de esa planta; también están cerca tres estaciones del Metro: Velódromo, Coyuya y Mixihuca, así como la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales Administrativas del IPN.

ACUSAN FALLAS EN PLANTA

Además, empleados de la TAR Añil denunciaron que el sistema contra incendios compuesto por bombas de agua y detectores de humo –ubicado en medio de la terminal donde permanecen las pipas que distribuyen gasolina– no funciona.

Este sistema consiste en cuatro bombas contra incendios, el cual suministra agua a través de un sistema de tuberías a los rociadores contra incendios para suprimir el fuego, según lo describieron trabajadores de Pemex.

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“Aquí no ven la magnitud de lo que podría pasar en caso de un incendio, han venido a arreglar varias veces el sistema contra incendios pero no sirve, es una bomba de tiempo”, acusó Roberto, quien pidió cambiar su nombre por miedo a perder su trabajo.

La terminal fue inaugurada el 24 de febrero de 1967, cuenta con una superficie de 135 mil 748 metros cuadrados y el combustible que recibe proviene de los poliductos 18 de Marzo-Añil.

Los productos que son almacenados en este centro de trabajo son Pemex Magna, Pemex Diésel y Pemex Premium. Esa terminal tiene seis tanques verticales de almacenamiento de combustibles con capacidad de hasta 235 mil barriles, de acuerdo con datos oficiales.

Y en ese predio, cilindros de Gas Bienestar se almacenan con tanques y pipas de gasolina.

Roberto destacó que desde noviembre pasado, cuando la TAR Añil comenzó a albergar tanques y pipas de Gas Bienestar, le quitaron el estacionamiento a los trabajadores, además de que a pesar que no se llenan ahí los cilindros, sí se despacha combustible a las pipas, incluso acusó que la planta opera al 400% de su capacidad y no se le da el mantenimiento necesario.

El 7 de julio el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de Gas Bienestar con el propósito de ofrecer Gas LP a precios más baratos que la competencia, pues declaró que no se ha podido cumplir con el compromiso de disminuir los costos de este insumo.

Otro trabajador destacó que el sistema de incendios instalado no sirve y a pesar de que han reportado en varias ocasiones ante los encargados de la planta, hacen caso omiso.

“No sé si sea porque se clavan el dinero o no haya dinero, pero es de miedo que trabajemos con material flamable y no sirva el sistema contra incendios, imagínate, Dios no lo quiera, algún descuido, una chispita, el desastre sería peor que lo de San Juanico”, relató.

Aurelio Quiroz, experto en Protección Civil, explicó que una instalación como la TAR Añil de Pemex debe contar con un programa interno de Protección Civil y un plan de respuesta a emergencias.

“Es una política de Pemex tener un análisis de riesgos y aparte del análisis de riesgo tiene que tener un plan de respuesta a emergencias, eso es de rigor, lo que no sabemos es qué tan actualizados estén estos programas”, dijo.

RIESGO LATENTE

Un tramo de la calle Añil, donde en 2019 hubo una explosión por una toma de huachicol y vecinos fueron desalojados, permanece cerrada y trabajadores de esta planta también denunciaron que mantiene riesgo de explosividad bajo.

Al respecto, Quiroz explicó que además de una explosión, el riesgo de que la calle no esté arreglada puede generar un daño ambiental y a la salud, porque no se sabe si aún la toma clandestina está derramando combustible al subsuelo.

“Hace poco me enferme de una irritación muy fea en los ojos, además la garganta me pica mucho, no sé si sea por los químicos que lanza la calle que está sin terminar de arreglar, pero el doctor me dijo que me estaba intoxicando”, comentó Gloria, de 60 años, vecina de la zona.

El 5 de enero de 2020, el alcalde de Iztacalco, Armando Quintero, enfatizó que es latente el riesgo de explosión en la colonia Granjas México, zona en la que en agosto de 2019 se localizaron dos tomas clandestinas en ductos de Pemex, además del riesgo implícito, también está la contaminación de la tierra y el agua.

LEG