Foto: Armando Yeferson Tras la vacunación masiva contra el Covid-19, los comerciantes perciben un aumento en sus ventas y clientes respecto a los dos años anteriores de la pandemia  

Es vísperas del Día de la Candelaria y cientos de católicos visitan el Centro Histórico en busca del mejor ropón para sus esculturas del Niño Dios, que llevarán a bendecir a las iglesias este miércoles.

Y es que tras la vacunación masiva contra el Covid-19, los comerciantes perciben un aumento en sus ventas y clientes respecto a los dos años anteriores de la pandemia.

En la calle Talavera, especializada en este tipo de servicios durante la temporada post-navideña, las personas salen de un local para entrar en otro y, de paso, se detienen en los puestos ambulantes, siempre preguntando por el mejor precio para el ropón del Niño Dios.

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Por supuesto, en este mundo terrenal de la oferta y la demanda, los puestos ambulantes son los que tienen los mejores precios, que van de los 20 a los 150 pesos, mientras que entre los comerciantes formales se arranca desde los 80 hasta los dos mil pesos.

Los ropones para la efigie van desde el Niño de las Palomas y San Miguel Arcángel, hasta el niño Covid o Huachicol, nacidos en el contexto de la pandemia y el robo de combustible en México.

La elección de la vestimenta depende de la creencia, necesidad o hasta del humor de los creyentes, que también buscan puestos donde reparar sus figuras.

Sergio Calderón, locatario de la calle Talavera, comentó que este año las ventas crecieron significativamente, pues señaló que debido a la vacunación contra el Covid-19, son más las personas que acuden a la calle del niño Dios en busca del ropón, aunque también continúa vendido a través de internet.

“La venta ha ido creciendo de manera gradual que cuando estaba la pandemia en su apogeo, estamos en un 80% de ventas, pues ahora está mezclada la venta presencial y envíos”, comentó.

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Destacó que los precios del ropón en su negocio inician desde los ochenta pesos, para el Niño Dios mini, y de trescientos pesos para la figura de tamaño promedio, llegando hasta los dos mil 800; también resaltó que su negocio es la fuente de ingresos para seis familias.

Respecto a la actividad económica que realiza su negocio tras la temporada del niño Dios, Calderón comentó que trabaja artículos acordé a la temporada religiosa en turno, aunque también mantienen la venta de ropa para los Niños Dios, diseñando y confeccionando nuevas vestimentas.

En tanto, Ángel Carbajal, quien repara Niños Dios, comentó que sus ventas bajaron en comparación de años anteriores, pues su memoria como restaurador se remonta hasta hace 35 años.

A su negocio, por lo regular le llevan figuras para restaurarlas completamente, debido a accidentes que involucran roturas en los Niños Dios.

FRASE
“Los que estamos en vía pública tenemos los precios más accesibles para la gente, pues la mayoría somos fabricantes, además de que no pagamos impuestos como los locatarios, tenemos ropón desde 20 pesos y hasta los 150”, comentó.
Bertín Espinoza
Vendedor ambulante

“Por lo regular es gente joven la que viene a comprar directamente el ropón, mientras que la gente mayor es quien nos compra en Internet, por envío”
Sergio Calderón
Locatario en Talavera

 

LEG