Mientras le sigan comprando boletos para el circo, él sin problema, seguirá armando el mismo show. La semana pasada vimos al rey del chantaje montar otra puesta en escena pero ahora en Sonora: lo curioso es que los principales espectadores fueron el Gobierno local y el federal, quienes vieron como Napito y 40 de sus seguidores cerraron por más de 48 horas la carretera federal Ímuris-Cananea, para impedir el libre tránsito de automóviles y trailers con mercancías.

A los ojos de todos, una vía principal de comunicación fue secuestrada y tomada por órdenes de un senador de la República, quien además incitó a los manifestantes a violentar a la población bajo cualquier intento de liberar la vía. Por inaceptable que pudiera parecer, el Gobierno no hizo nada más que ceder al capricho de su fiel amigo y compañero de partido.

¿Pero qué hay detrás de la toma de la carretera por parte de Napoleón Gómez Urrutia? La respuesta es sencilla: puras mentiras. El supuesto pretexto para paralizar a infinidad de civiles fue exigir el reconocimiento de la huelga de la Mina Buenavista del Cobre, misma que en 2010 fue declarada inexistente por la autoridad laboral y avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, según se manifestaron para obligar al Gobierno a revirar una decisión tomada hace 12 años.

Mentira número dos: el bloqueo fue hecho por la llamada sección 65 del Sindicato de Napito perteneciente a Cananea, ellos aseguraron ser trabajadores en huelga; sin embargo, no hay tal, las relaciones laborales terminaron colectiva e individualmente, en pocas palabras no son trabajadores, más bien, son eternos acarreados de Napito.

Mentira número tres: Napillo dice que la huelga estalló por las malas condiciones de trabajo que prevalecían en la mina; también es mentira, inició como parte de un intento de extorsión del hoy senador de Morena hacia una empresa, de hecho estalló tres huelgas al mismo tiempo: Cananea, Taxco y Sombrerete, por las que pedía 100 millones de dólares para levantarlas, además de que le retiraran las órdenes de aprehensión en su contra por robarle 55 millones de dólares a los mineros de Cananea.

Mentira número cuatro: Napito exige ser integrado al Plan de Justicia para Cananea por representar a la sección 65 que, según él, está en huelga, pero como ya hemos dicho, es una sección fantasma, ya que no cuenta con ningún trabajador; más bien aseguran que lo que busca es amedrentar al Gobierno para lograr negociar la no devolución de los 55 millones de dólares que se robó. Es importante destacar que hay tres laudos que lo obligan a devolver tal cantidad.

Ahora, ¿qué está pasando con el Gobierno federal? Una vez más muestra apoyo incondicional a Gómez Urrutia y le solapa un delito más: la toma de carretera penada hasta con diez años de cárcel, pero lejos de hacer cumplir la ley, lo premia otorgándole una reunión con el secretario de Gobernación.

¿En qué momento algún secretario de esta administración ha recibido al grupo de los 719? A los mineros estafados por Napillo ni recibidos, ni escuchados, solo ignorados, ellos saben que el Gobierno morenista no está interesado en hacerles justicia y mucho menos si tiene que ver con uno de los protegidos de este sexenio.

Dicen que Napito ya está preparando el próximo show, otro bloqueo, otro intento de extorsión, otro fraude organizado por el sindicato, otro amago al Gobierno, cualquier cosa, y que el Gobierno ya está listo para adquirir todos los boletos.

 

@CarlosPavonC