Para nadie es un secreto la complejidad que lleva el Arte Sacro, rostros, objetos, mantas, texturas, sentimientos y más están plasmados en este tipo de obras, una de las más reconocidas es la Última Cena de da Vinci y un tatuador la recreado en el de su cliente.
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“Mitch” es un aficionado a los tatuajes, y para completar torso y abdomen decidió realizarse esta famosa obra y eligió al tatuador Jay Hutton como el artista.
“Era una pieza tan detallada para tatuar. Mitch ya tenía una pieza en el pecho tatuada cuando entró, que consistía en la Virgen María y Jesús .Así que quería agregar la imagen de la Última Cena en su estómago para crear un tatuaje de torso frontal completo”, explicó Jay para North Wales Live.
La zona del tatuaje es extremadamente sensible y la obra requería muchas horas para realizarse a la perfección. Para crear este tatuaje se requirieron seis sesiones de un día completo que duraron alrededor de siete horas, al tratarse de un lugar delicado se tomaron recesos en los días de tatuado y las sesiones tuvieron separaciones de meses.
Una de las situaciones que resaltó el tatuador fue que 3 de las 6 sesiones se tuvieron que dar de manera consecutiva por lo que la incomodidad tanto de él como la del cliente era alta.
“Y tatuar en cualquier lugar cerca de las partes que ya habíamos hecho iba a ser extremadamente incómodo. No sé cómo se sentó con tanta facilidad”, dijo Jay.
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La complejidad de este tatuaje y la cantidad de detalles le valieron dolores de cabeza, de espalda y calambres en la mano al tatuador, pero finalmente ambos quedaron satisfechos.
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“Como tatuadores, tenemos una sola oportunidad. Sin borrar y comenzar de nuevo. Cada movimiento de la aguja que toca la piel debe pensarse detenidamente. Un error puede arruinar toda la imagen, por lo que es importante mantenerse enfocado durante todo el proceso”, sentenció.
Ahora esta obra de arte figura en el abdomen de Mitch y ha tenido una cicatrización perfecta.
GE