Foto: Especial María Hanneman dice no ser un bicho raro porque no le gusta lo que a el grueso de la población, como este género musical  

Puntual, muy puntual estaba María Hanneman Vera presente en nuestra cita para la entrevista virtual, pues el Covid nos sigue impidiendo la posibilidad de tener esa cercanía, a veces muy disfrutable con nuestros entrevistados, y estoy segura de que este habría sido el caso.

Tras una pequeña pantalla se podía apreciar en ella un dejo de nerviosismo; con una sonrisa dibujada en su rostro de quinceañera habla del reconocimiento y del peso que ha obtenido luego de esa ocasión en la que el tenor Javier Camarena la empezó a seguir a través de sus redes sociales tras ganar un concurso en agosto de 2020.

Sin embargo, con el paso de los meses, María Hanneman está más que convencida de que subir al máximo escenario cultural del país, tarde o temprano lo lograría, con o sin ayuda del tenor mexicano.

“El empujón que me dió Javier Camarena, fue para apadrinar en mi debut en el Palacio de Bellas Artes, pero con o sin él de todas formas, las puertas se me hubieran abierto porque ya he tocado en varios recintos de la Coordinación de Música de Bellas Artes; soy alumna del Conservatorio Nacional y llevo once años estudiando piano.

Desde los 6 he ganado concursos, hasta la fecha llevo más de 40 recitales en México, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Perú, Italia y Suiza, así que su empujón solo es el resultado de todos estos logros y tantos años de trabajo”, dice muy orgullosa a 24 HORAS, María Hanneman.

A partir de ahí las oportunidades han llegado solas, dice. “Lo raro es que en estos dos años de pandemia han sido muchas las invitaciones que he tenido pero yo me siento muy feliz porque amo tocar en público. Pero creo que este tipo de conciertos podría haber muchos más porque no solo estoy yo en este mundo, hay muchísimos jóvenes muy talentosos en este país.

“Sin embargo, no todos tenemos las mismas oportunidades, así que en cada concierto doy lo mejor de mi para ser ejemplo, especialmente entre las mujeres, para que vean que somos capaces de todo lo que nos propongamos, pero eso depende del trabajo duro y en eso es en lo que me ocupo todos los días”, añade.

LA INSPIRACIÓN

Una de sus amigas, quien está estudiando en Nueva York es su máxima inspiración, no es famosa, pero todos los días le demuestra a María que a pesar de todos los “topes” que haya es posible llegar a donde uno quiera. “Pero mi máxima inspiración son mis padres, aunque no sean músicos”.

Esta pequeña virtuosa lo único en lo que piensa en este momento es en seguir dando muchos conciertos, decirle a la gente que la música clásica no es aburrida “y que no todo en la vida es reggetón, que además es muy feo y sus letras son horribles –sonríe pícaramente–. Yo quiero seguir dando muchos conciertos para que se acerque más al arte y la cultura”, añade.

María Hanneman dice no ser un bicho raro porque no le gusta lo que a el grueso de la población, como este género musical. Pero toma todo con filosofía porque quienes la quieren saben perfectamente que su compositor preferido es Manuel M. Ponce y que cada vez que escucha la Balada mexicana, llora.

“Es padre que tus amigas entiendan… a veces. Aunque si me invitan a una fiesta y ponen reggaeton yo finjo que bailo; pero no muchas tienen mal gusto musical”, comenta mientras esboza una carcajada, tímida, pero carcajada al fin.

“Cuando vienen a mi casa me piden que les toque algo y así las voy adentrando en mi mundo, cosa que al principio fue complicado pero cada vez se va poniendo más fácil, porque creo que por fin están entendiendo que esta va a ser mi carrera de toda la vida, por eso hago lo que me gusta y lo voy compartiendo con el mundo”.

Hoy en día, tiene muy claro que como músico quiere concluir su carrera en México y hacer una maestría en Europa. “Me encantaría salir a estudiar a otro lugar, probar algo diferente y pues Europa siento que tiene muy buen nivel y ahí también puedo aprender mucho”.

Sin embargo, debe concluir su carrera en el Conservatorio Nacional de Música pero para eso “faltan como en 4 o 5 años”, finalizó esta joven pero muy virtuosa y humilde pianista mexicana.

Aunque aún no se han confirmado algunas fechas, María Hanneman se prepara para ofrecer un concierto el 19 de febrero en el Museo Nacional de Arte y el 21 de abril viajar a Europa para en Albert Hall participar en el Grand Prize Virtuoso edición Londres, cuya versión de Salzburgo ganó en 2020.

LEG