Foto: Archivo Cuartoscuro Luis Echeverría Álvarez fue presidente de México durante el sexenio de 1970 a 1976  

Hoy, Luis Echeverría Álvarez, uno de los presidentes mexicanos más autoritarios y populistas de los últimos 50 años, cumple 100 años de vida.

El poder de ese hombre que gobernó el país de 1970 a 1976, que fue luz en la política exterior con la ayuda a los exiliados de las dictaduras latinoamericanas, pero oscuridad para la naciente izquierda mexicana que optó por la lucha armada, se entiende con un añejo chiste de aquella época que resume al todopoderoso LEA:

“¿Qué horas son?”, -preguntó el Presidente.

“Las que usted diga señor”, -le contestó su ayudante.

De esa manera, la ahora multicitada sabiduría del pueblo traducía el autoritarismo de Echeverría Álvarez, y cuya última imagen conocida, de abril de 2021, muestra a un lánguido hombre en silla de ruedas, con un amplísimo sombrero que lo protege del sol y blindado con cubrebocas y mascarilla de plástico mientras recibe su segunda dosis de vacunación en Ciudad Universitaria.

Paradójicamente, la última vez que Echeverría había estado en CU fue hace 47 años. De ella salió en medio de fuertes reclamos de estudiantes que incluyó una pedrada en la cabeza que lo descalabró.

Afrontó juicios por genocidio por la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco cuando fue secretario de Gobernación del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Ya como Presidente, se le responsabiliza del llamado halconazo, el 10 de junio de 1971.

Ahora, a 50 años de su sexenio, el doctor Felipe Gaytán Alcalá, académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, identifica a Echeverría como el político con el que se acuña el concepto de populismo en la política mexicana.

Reconoce que esa etiqueta, junto con la de socialista, se le colgó por primera vez al presidente Lázaro Cárdenas, pero es Echeverría el que dispone llevar dinero en efectivo en sus giras para repartirlo entre la gente más necesitada, y es la razón por la cual se le ve como el primer Presidente populista en México.

“Lo que él hizo fue encarnar al Presidente y al Estado mexicano. Protagonizó el presidencialismo en su máxima expresión, él decidía en qué se gastaba o no se gastaba. Era el que perdonaba o castigaba, todo pasaba a través de él.

“No por nada en esta administración se ha hecho una referencia muy cercana a Luis Echeverría, precisamente porque se tiene la idea de un presidencialismo omnipresente, omnipotente y voluntarista, porque su voluntad es la que define, no las instituciones”, comenta el académico lasallista.

Ese mandatario, continúa, era identificado por su voluntarismo, su carisma, la idea de que el pueblo lo acompañaba y era visto como el gran líder que iba a cambiar la historia del país.
Y esa imagen, continuó, logró consolidarla en el exterior, pues fue él quien impulsó la creación de la Organización de los Países no Alineados y con él apareció el concepto del tercer mundo como opción al capitalismo y al socialismo en el que estaba dividido el mundo.
Echeverría, expresa Gaytán Alcalá, fue “candil de la calle” para abanderar causas sociales y políticas en el exterior, como el arribo de exiliados chilenos y argentinos provenientes de las dictaduras militares, mientras que en el país fue oscuridad total en su relación con la naciente izquierda mexicana y los movimientos revolucionarios que terminaron por radicalizarse y pasarse a la clandestinidad. A corto plazo, gestó la guerra sucia en México.

CONTEXTO HISTÓRICO

A su vez, el doctor Javier Balladarez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES) de la UNAM, coincide en que Echeverría ejerció un sexenio populista y autoritario, pero acota que esto debe entenderse en el contexto histórico en el que lo hizo.

“Si uno mira su personalidad y acciones de manera aislada, lo que uno obtiene es una imagen de un Presidente autoritario y con la contextualización no pretendo que se elimine eso, pero habría que dar razones de por qué actuó así.

“De él habría que hablar en el aspecto de política interna; la situación geopolítica, y el proyecto económico de la época y ahí es donde uno entiende las razones de por qué actuó de manera autoritaria”, señala.

Balladarez considera que si algo podría reconocerle a Echeverría es la política exterior, que permitió el cobijo de exiliados latinoamericanos, muy distante de la forma desproporcionada en que respondió a la oposición de esa época.

 

 

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