Foto: Gabriela Esquivel De enero de 2021 a enero de 2022, el precio máximo del jitomate pasó de 35 pesos a 52 pesos, lo que representó un incremento del 48.57% en un periodo de 12 meses  

Durante la primera quincena de este 2022, los costos de algunos alimentos se han disparado hasta casi triplicarlos, respecto al año pasado, cuando se registró la inflación más alta en 21 años.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México (Sedeco) que contempla tiendas de autoservicio, mercados públicos, tianguis y la Central de Abastos de la capital, durante esta cuesta de enero destacan los incrementos máximos en el jitomate, la cebolla, el chile serrano, el tomate y el limón.

De enero de 2021 a enero de 2022, el precio máximo del jitomate pasó de 35 pesos a 52 pesos, lo que representó un incremento del 48.57% en un periodo de 12 meses; de acuerdo con cifras del Inegi sobre la inflación, durante el año pasado el jitomate tuvo cinco incrementos mensuales.

Infografía: Juan Ángel Espinosa

La cebolla, con cuatro aumentos mensuales durante el 2021, tuvo una variación del 60%, pasando de 25 pesos a 40 pesos en las primeras semanas del 2022. El chile serrano, con el mismo número de alzas, pasó de 40 pesos a 80 pesos, duplicando su precio en un año.

Aunque el tomate sólo tuvo tres incrementos, fueron suficientes para que su precio de 23 pesos en los primeros días de enero de 2021, llegara hasta los 59 pesos en estas semanas, lo que equivale a una expansión del 156.52% en el costo de dicho ingrediente esencial para las salsas.

Mismo caso con el limón, que recientemente ha causado revuelo por su elevado precio.

Al respecto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, dio a conocer que la principal razón por la que estos precios están subiendo es la inflación, pero también los problemas en la producción del cítrico, aunado a que las condiciones climáticas no son propicias actualmente para cosechar el producto.

Con información de la Sedeco, en la segunda semana de enero de 2021, el precio máximo del limón se encontraba en 25 pesos, pero para el mismo periodo de 2022, se puede vender hasta en 90 pesos, representando un aumento de 260% respecto al año pasado.

Entre otros productos que sobresalen por la diferencia anual en sus costos y que son esenciales en las cocinas mexicanas, son el aguacate (33.33%), la tortilla (28.57%), el aceite comestible (21.21%) y el huevo (10.52%).

Un caso diferente, fue la carne de res que tuvo hasta nueve alzas mensuales, pero entre enero de 2021 y 2022, su precio máximo pasó de 170 pesos a 204 pesos, equivalente a una variación de 20.0%. Es decir, aunque tuvo el mayor número de incrementos, la diferencia porcentual fue menor en comparación con otros productos que apenas tuvieron dos aumentos y la variación porcentual fue mayor.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 2021 arrancó con una inflación general anual de 3.54% y al cierre alcanzó el 7.36%, ubicándose en los niveles más elevados en más de dos décadas.

Por las nubes 

Cuando a las amas de casa se les cuestiona sobre la diferencia de los precios de los alimentos entre inicios de 2021 y 2022, coinciden en externar el mismo gesto de molestia y una queja similar: todo está muy caro y el dinero ya no alcanza.

La señora Lizeth señala indica que el aumento en los precios es excesivo, “todo está súper, súper caro”. Intenta recordar los productos que ha detectado con mayores diferencias, uno, dos, tres, cuatro, cinco alimentos menciona, piensa más y agrega, seis, siete y ocho… se resigna y resume en que “todo está muy caro”.

Ella comparte que, en comparación con el año pasado, ahora compra menos alimentos, y en algunos casos, busca sustitutos de ingredientes para no gastar en artículos alimenticios con costos elevados.

Por ejemplo, para la preparación de sopas, en las que es necesario el jitomate para preparar el caldo, ahora opta por comprar pastas con el condimento de la verdura para evitar realizar el gasto.

Ella recuerda que antes, con unos 200 pesos le era suficiente para una comida completa para su familia, pero ahora tendría que gastar hasta 400 pesos para adquirir los mismos productos y cantidades.

“Ya no alcanza”, insiste y agrega que “ya ni para una salsa de molcajete con frijoles, porque te sale bien caro”

“Todo sube, menos el salario”

La señora Matilde muestra molestia porque, justamente en los alimentos básicos para la preparación de los alimentos, el jitomate, la cebolla, el chile y la carne, son los productos más caros.

Ella expresa que “todo sube, menos el salario”, y es que, señala, cuando la mayoría de las personas empezaron a recuperar su trabajo, los precios de los alimentos incrementaron en mayor medida, sin la posibilidad de tener una estabilidad económica.

“Si ponemos limones en la mesa, se los llevan”

La señora Leonor, quien con su familia tiene un puesto de carnitas en Tultepec, Estado de México, comenta: “Sí ha subido el precio del limón, pero no subimos el precio a nuestros clientes, nosotros absorbemos el gasto, lo único es que le ponemos un poco menos” comenta, y agrega, “hace ratito un cliente me dijo ‘esconda eso, porque ahorita es un tesoro’ y sí, si ponemos en las mesas, se los llevan”. Respecto a los precios que ella ha encontrado comenta: “el limón sin semilla lo encontramos en 50 pesos el kilo, el otro (con semilla) anda en 60, 70 pesos, algo así”, traemos del más baratito.

“Es la cuesta de enero, todo ha subido”

En consonancia con esto, el señor de un puesto de tacos en la colonia Centro de la Ciudad de México, refiere: “Está a mil pesos la caja de limón, antes valía 300, a veces bajaba hasta 200. En cada taco les damos un cachito de limón, pero no subimos los precios, mucha gente se molesta, pero es que está carísimo .” A lo que su compañero agrega: “es la cuesta de enero, todo ha subido.”

LEG