cubrebocas
Foto: Shutterstock Usar el típico cubrebocas azul resultó aburrido para algunos de los usuarios y se empezaron a implementar otros diseños con materiales que poco después pusieron en duda su eficacia  

La pandemia por Covid-19 y recientemente por Ómicron ha obligado a toda la población a hacer uso del cubrebocas de manera permanente para prevenir los contagios al momento de salir a las calles. Sin embargo, usar el típico cubrebocas azul resultó aburrido para algunos de los usuarios y se empezaron a implementar otros diseños con materiales que poco después pusieron en duda su eficacia.

Ante toda esta incertidumbre de saber cuál cubrebocas era el mejor para prevenir los contagios si los de tela, el N95 o el KN95, la doctora Guadalupe Pérez Gutiérrez del Servicio de Salud Pública de Ciudad de México en la Jurisdicción Sanitaria Álvaro Obregón, dijo a 24 HORAS que la mejor mascarilla para protegernos siempre va a ser aquella que se utilice de manera correcta, es decir, que cubra de la nariz hasta la barbilla; no deje espacios, esté limpio y nuevo, se sujete bien de las orejas no se use el mismo dos días seguidos sin haberlo lavado en caso de que sea de tela y las ligas estén bien ajustadas al rostro.

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“Depende de a qué te dediques y para qué lo utilices; para la gente con actividades relativamente normales como ir a la escuela o trasladarse a su domicilio, el cubrebocas de tela (que incluso ya hay de dos y tres capas) puede ser eficiente siempre y cuando lo utilicen de manera correcta y lo cambien diario. Para quienes se encuentran en lugares con poca ventilación, que se dediquen a atención al público debido a sus actividades o que requieran hablar por periodos prolongados no son recomendables los de tela, ni siquiera de algodón o de nylon, sería mejor utilizar un KN95 o un N95”, aseveró.

Infografía: Xavier Rodríguez

El problema, refiere la también maestra en ciencias de la salud, es que a veces la eficiencia de los cubrebocas se reduce debido a que muchas personas no los lavan, los tienen sucios o cuando las ligas están vencidas y no cubren perfectamente de la nariz hasta la barbilla, “todas esas gotitas de flush” y partículas que a lo mejor puedan contener el virus salgan y se depositen en otra persona.

Los cubrebocas que definitivamente no recomienda usar la doctora son los de válvula porque a pesar de que te puedan proteger “un poquito” para que tú no inhales el virus, todo lo que se exhalas no lo detiene, es decir, el cubrebocas lo deja destapar completamente y hace que todas tus partículas se expongan y los adquiera otra persona. Otro que tampoco se recomienda usar es el de esponja porque se puede depositar polvo en él y acumular secreciones con virus.

Sobre el uso doble del cubrebocas, Pérez Gutiérrez sí aconsejó utilizar uno de tela encima de uno quirúrgico de una sola capa para una mayor protección porque este último suele ser muy delgado y dejar huecos que por sí solo no te protege contra el virus.

Por su parte, la odontóloga y técnico en urgencias médicas de la Cruz Roja, Ana María López Tamayo Huelgas, comentó que para tener una mayor protección contra el virus se recomiendan usar de preferencia las mascarillas de alta eficiencia (KN95, N95 y KF94) que están hechas de fibras sintéticas, las cuales atrapan las “gotículas” por electrostática, pero en caso de que no puedes adquirirlas ya sea por su costo elevado o porque eres alérgico, los de tela de tres capas pueden funcionar perfecto siempre y cuando se usan de la manera correcta.

López Tamayo hizo énfasis en que los cubrebocas de tela sí sirven, pero no tan eficazmente como lo hacen los N95 o KN95, “por muy efectivos que sean o mucha tecnología si no nos lo ponemos bien al rostro no funcionan igual y baja su efectividad”, agregó.

“Si usas más de 24 horas un cubrebocas de corrido lo tienes que desechar porque con la misma respiración se van humedeciendo y pierden sus propiedades, no se puede lavar ni echar alcohol porque la carga electrostática que detiene esas gotículas se pierde y su filtración baja mucho. En los de tela es diferente, en estos se recomienda al menos lavarlos en cada uso que se les dé porque es una prenda como tal, usar al día uno nuevo recién lavado y no el mismo varios días”, agregó.

Para quienes lo tengan que usar por horas, la doctora recomienda los cubrebocas sujetos detrás de la cabeza porque ayudan mucho al sellado y resulta más cómodo.

Lo que debes saber

Para verificar si un cubrebocas está bien sellado y filtra bien el aire que pasa a través del filtro, la odontóloga de la UNAM dijo que se puede percibir cuando a la hora de inhalar aire se comprime y a la hora de exhalar se infla.

Los cubrebocas FFP1, FFP2 y FFP3 son certificaciones europeas por lo que en México es difícil conseguirlos, mientras que los KN95 y N95 son americanas y KF94 son clasificaciones coreanas que también son buenas.

Durante 2021 en Mercado Libre los cubrebocas fueron los más vendidos con cerca de 39 mil transacciones diarias, seguido de audífonos, azúcar, fundas de celular, tenis, productos de cuidado de la piel, entre otros.

Las recomendaciones de expertos como la UNAM y la OMS

El doctor Samuel Ponce de León, titular de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México aseguró que todos los cubrebocas son útiles desde aquellos que se pueden elaborar fácilmente en casa, hasta de diferente tipo que se pueden adquirir en farmacias, pero al mismo tiempo insistió en que los mejores son los de tres capas con ajuste perfecto y sellado hermético.

Es ideal, aseguró Ponce de León, que el cubrebocas tenga tres capas de una tela de algodón o del material con el que se hacen los cubrebocas quirúrgicos.

Agregó que siempre hay que usar el cubrebocas hasta el puente de la nariz y por debajo de la barbilla; además los N95 tienen una altísima eficacia para el filtro de partículas y se ajustan más y mejor al rostro.

Según la Organización Mundial de la Salud, las mascarillas higiénicas de tela pueden ser utilizadas por la población general de menos de 60 años y que no tengan afecciones de salud subyacentes como enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad y diabetes mellitus.

Recomienda para la población en general elegir materiales que atrapan las partículas y gotículas pero que permitan respirar con facilidad; las telas deben contar con tres capas, la interior toca la boca y la exterior está expuesta al medio ambiente.

También sugiere los hechos con materiales o telas que absorben el agua (hidrófilos) para las capas internas, combinados con un material sintético externo que no absorba fácilmente el agua (hidrófobo).

Las mascarillas de tela tienen que lavarse frecuentemente y manipularse con cuidado para que no contaminen otros artículos.

 

LEG