José Ureña
 

Nada detendrá esta oleada de Covid.

Sea Ómicron u otras cepas, durará por lo menos siete semanas más o, mejor dicho, se extenderá más allá de febrero o el invierno.

Las cúpulas determinantes de las instituciones de salud, la secretaría, IMSS e ISSSTE, celebraron reuniones el martes por la noche y esa fue su conclusión.

Con mucha angustia por múltiples razones:

Los hospitales empiezan a saturarse a pesar de, dice el discurso oficial, ser un virus menos agresivo y no requerir internamiento en la mayoría de los casos.

Haber encontrado vacunada a la mayoría de la población, lo cual se presume como ejemplo mundial en todas las declaraciones gubernamentales.

Pero hay otros datos claves en las preocupaciones:

Los pronósticos han sido rebasados y generado cargas extras con la suma de enfermedades tradicionales, influenza estacional y coronavirus.

Por esta emergencia los institutos de Zoé Robledo y Pedro Zenteno han emprendido, una vez más, la reconversión de clínicas y hospitales.

Para acabarla, hay insuficiencia generalizada de medicamentos en todos los ámbitos, el público y el privado, a pesar de los regaños presidenciales al secretario Jorge Alcocer y al director del Insabi, Juan Antonio Ferrer.

Inútil exigencia bajo el principio presidencial de 90 por ciento honestidad, 10 por ciento experiencia. ¿Cómo la ven?

NI TÉS NI VAPORUB NI MEDICINAS

La realidad contradice a Jorge Alcocer.

Ninguna observancia práctica tiene su recomendación de dar tés y aplicar vaporub a las víctimas de contagio, sobre todo a niños.

El desabasto continuará por lo menos durante el primer semestre del año porque los pedidos tardarán en surtirse… si hacen los pedidos.

La situación ha llegado hasta el Poder Legislativo, donde ya se analiza el problema y hay propuestas inclusive del bando oficial: la diputada Patricia Armendáriz planteó crear una comisión.

Mientras la política oficial compromete la salud y la vida de los mexicanos, la industria farmacéutica clama por participar en los concursos gubernamentales.

Tanto los aglutinados en la Amelaf de Arturo Morales y Juan de Villafranca, como en Canifarma de Rafael Gual han insistido, sin resultados hasta ahora, en buscar una solución conjunta.

RENUNCIA DE LÓPEZ-GATELL

Ayer fracasó un acuerdo tomado la semana anterior.

Las bancadas de PAN, PRI, PRD, Verde y MC -algunos senadores morenistas lo respaldaron en privado- aprobaron ir unidos con un ultimátum al subsecretario Hugo López-Gatell:

Debe comparecer ante el Senado de la República, informar la verdad sobre la realidad médico-sanitaria en la pandemia o renunciar.

Pero ayer, en comisiones, sólo hubo dos voces consecuentes con la decisión: la del emecista Noé Castañón y de la senadora priista Nuvia Mayorga.

Dijo la legisladora hidalguense:

“…que de manera seria, venga a rendir cuentas sobre su muy cuestionable desempeño.

“…que responda, sin burlas, insultos, generalidades y mentiras.

“Y que dé la cara al país, se responsabilice por sus muchos errores…

“Pero, sobre todo, por negarse a corregir el rumbo.

“Si no puede o no está dispuesto a comparecer y a dar la cara, que renuncie”.

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