Foto: IMDB No mires para arriba, es una sátira apocalíptica que logró captar la atención de aquellos que tienden a banalizar la información  

La Navidad fue el momento preciso en el que, a través de una producción cinematográfica, se jugaba con los sentimientos y las emociones del espectador. Escape.

No mires para arriba, es una sátira apocalíptica que logró captar la atención de aquellos que tienden a banalizar la información.

Como “un retrato, una forma artística de mostrar el escepticismo del ser humano y la manipulación de las emociones sobre nosotros mismos, y no precisamente de alguien en particular, sino que viene desde las redes digitales, la economía, la política, pero al mismo tiempo una manipulación de nuestra percepción”, es así es como el sociólogo Felipe Gaytán califica a la cinta de Netflix, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence.

En ella se hace una referencia a lo que podría ocurrir con el planeta si una administración de corte populista, incompetente y voraz, no atendía de forma correcta la información filtrada por profesionales.

En esta sátira apocalíptica de Adam McKay, los actores de Hollywood interpretan a un par de astrónomos que luchan desesperadamente porque su mensaje sea escuchado, pues pretenden avisar a la humanidad que un cometa destruirá a la Tierra.

“Esta es una película que tiende más a la dramatización que se vuelve lenta en algunos puntos, pero se refuerza con esta parte apocalíptica por las que hemos pasados desde hace ya mucho tiempo, empezando con las predicciones de los mayas de que se acabaría la humanidad en el 2021; antes en 2001 con la idea de una catástrofe en Nueva York, y muchísimo antes con los grupos evangélicos que anunciaban el fin del mundo, por lo que hemos estado sumidos en esta idea por miles de años”, añade.

Este tipo de alertas en el mundo se han potencializado gracias al internet, una herramienta que terminó por segmentar a los usuarios al generar noticias falsas, pero que debido al cúmulo de información muchas cosas se dan por verídicas.

“Por eso la película No mires arriba a todos les parece una locura que pase algo de esa naturaleza y todo mundo se burla de los científicos, por lo que se vanalizan las cosas. Eso mismo lo vemos en nosotros desde las malinterpretaciones que se hicieron de los códices mayas donde hubo gente que el 12 de diciembre del 2012 (121212), llegó a tener miedo. Así que lo que vemos aquí es un cúmulo de información que no está verificada y que puede dar la sensación de que sí estás informado pero no tienes el conocimiento”, sostiene el doctor en sociología.

Hay varias cosas interesantes que rescatar de la cinta, una de ellas es la relación entre la política y la economía al parodiar a Steve Job haciendo alusión al desarrollo de una aplicación que mide nuestras emociones que son los teléfonos inteligentes que generan contenido para cambiar tu estado de ánimo.

“Esa es una gran descripción ya que en las redes digitales no nos movemos por conocimiento, sino más bien por las emociones. Según lo explican mis colegas que trabajan esta parte de las emociones, que nos movemos en un 80% por la emoción y un 20% por el razonamiento, por lo que somos seres emocionales y el tema del apocalipsis acaba siendo una especie de parodia, pero en el sentido de la emoción que genera pasión. Incluso es una crítica muy velada hacia las corporaciones que definen el trayecto de la sociedad contemporánea”, finalizó el doctor Gaytán.

Escape. No mires arriba estaba, según diversos medios de comunicación, estaba destinada a convertirse en una de las películas más importantes de la temporada, pero no solo por su reparto –que incluye a Meryl Streep–, sino por “por su retorcido sentido del humor”, así que ya sabes, la cinta apelará a tus emociones, pero todo dependerá del momento en el que te encuentres cuando decidas verla.

LEG