LUIS ÁNGEL HURTADO RAZO

El año 2021 se caracterizó por un reordenamiento en América Latina, varios países que se encontraban gobernados por líderes de derecha comenzaron a perder frente a las propuestas emanadas desde la izquierda. Naciones como Perú, Honduras, Bolivia y Chile se sumaron a la nueva ola de presidentes de izquierda del continente. El discurso político contra el neoliberalismo ha sido del interés y simpatía de los ciudadanos, sobre todo con el ascenso que ha tenido Internet en esta zona del mundo.
La web, de una u otra manera, ha propiciado el debilitamiento de los distintos sistemas mediáticos que existen en América Latina, los cuales, a grandes rasgos, han ido de la mano de regímenes políticos que les han permitido crecer económica y políticamente, hecho que generó el surgimiento de monopolios o duopolios mediáticos.
Sin embargo, con el boom de las redes sociodigitales, el modelo mediático que prevalecía comenzó a entrar a una crisis no sólo de audiencia sino también de credibilidad, al pasar los años, la llamada verdad oficial también comenzó a debilitarse frente al surgimiento de un abanico informativo que presentaba la realidad desde otras ópticas.

Las redes sociales permitieron el surgimiento de discursos que antes no eran retomados por los medios de comunicación tradicionales, narrativas como el derecho de los animales, los derechos por la comunidad LGBTTTIQ, el cuidado del medio ambiente, y por supuesto el derecho de las comunidades indígenas, todos estos discursos cercanos a los ideales de las distintas izquierdas que triunfaron en Chile, Perú, Honduras y Bolivia.
Lo anterior me ha propiciado reflexionar si el avance de las izquierdas en América Latina está directamente vinculado con la apertura de la información, y con ello el boom de Internet y las redes sociodigitales. Es por ello que dos de las tres elecciones presidenciales que se celebrarán en esta región este 2022 podrían sumarse a esta ola de contagio, más cuando los países son Brasil y Colombia, naciones que generan un considerable derrama económica para la zona.
Se podría partir de un ejemplo de contagio de los movimientos de izquierda, el cual data precisamente la llamada primavera latinoamericana del 2019, donde movimientos de ciberactivismo lograron frenar políticas que se identificaban en la llamada ola neoliberal, tales movimientos los identificamos como el aumento en los combustibles que ocurriera en Ecuador, posteriormente el aumento en el transporte público en Chile, seguido de la convocatoria a los paros nacionales en Colombia por el manejo a los llamados acuerdos de la paz. Ellos lograron que los tres gobiernos tuvieran que retractarse de sus acciones, y se organizaron desde el uso de Internet y las redes sociodigitales.
Los resultados de muchas de las elecciones del 2021 pudieron de alguna forma ir de la mano de muchos de estos movimientos de ciberactivismo, sin embargo, también debemos destacar que en esa ola estuvo presente una dura protesta contra el gobierno de Evo Morales, movimiento que creció desde la derecha y también se caracterizó por el uso de Internet y las redes.
Ante tal escenario vemos que los resultados de las elecciones del 2021 podrían responder al surgimiento de un efecto de contagio de una de las regiones más golpeadas por la pandemia del virus Covid-19, que entre otros casos generó mayor desigualdad entre sus habitantes. Veremos si Internet y las redes sociodigitales son la respuesta a esta premisa.

 

@LuisHuRRa