La iniciativa ha sido bien recibida por las empresas, en particular las aerolíneas y los propietarios de restaurantes. Foto: AFP  

El gobierno estadounidense ha limitado la duración de las cuarentenas con la esperanza de disminuir el ausentismo laboral ante el aumento exponencial de los casos de covid-19, que obliga a la suspensión de vuelos, el cierre de restaurantes y la cancelación de espectáculos, una medida que el mundo económico acogió de forma diversa.

La iniciativa ha sido bien recibida por las empresas, en particular las aerolíneas y los propietarios de restaurantes, pero ha sido muy criticada por los sindicatos, que temen un aumento de las presiones sobre los trabajadores para que retornen a sus puestos.

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Según economistas, la medida debería tener un impacto marginal en la actividad del país en general.

“Creo que nos puede ayudar en función de que es difícil encontrar” mano de obra, comenta Dimitri Fetokakis, propietario en Houston (Texas) de tres restaurantes que emplean a unas 120 personas. “Debemos seguir viviendo, debemos seguir dirigiendo nuestros negocios”, dijo a la AFP.

– Fatiga ante la pandemia –

Las autoridades sanitarias redujeron a la mitad el tiempo de cuarentena recomendado para las personas positivas al covid-19, de diez a cinco días para las personas asintomáticas y de 14 a cinco para los casos de contacto con no vacunados.

La mayoría de las infecciones ocurren en los dos días previos y tres posteriores al inicio de los síntomas, justificaron las autoridades, que deben lograr un delicado equilibrio entre la protección de la salud y la actividad económica.

La aerolínea Delta, que había pedido públicamente el cambio, acogió con beneplácito la decisión de la administración de Joe Biden.

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Permite “más flexibilidad para organizar los horarios de tripulaciones y empleados durante el período de las fiestas de fin de año, particularmente activo”.

Miles de vuelos han tenido que cancelarse en los últimos días en todo el mundo debido al crecimiento meteórico de la variante ómicron, altamente contagiosa, que ha contaminado o expuesto a las tripulaciones.

Para la federación que representa a los comerciantes, NRF, la medida también es “bienvenida”, en particular porque aporta “más claridad”.

En Nueva York permitirá ayudar a restaurantes que, además de sufrir la cancelación de numerosos eventos de fin de año, se vieron obligados a cerrar cuando cocineros y meseros debieron aislarse, comentó Andrew Rigie, de la Alianza de Hoteles y Oficios de Catering. “No podemos detener la economía cada vez”, declaró a la AFP.

Los sindicatos son más reacios.

Cuando la administración decidió la semana pasada acortar los períodos de aislamiento para el personal de la salud contagiado con covid-19, el sindicato de enfermeros NNU pronosticó “más transmisión, enfermedad y muerte “.

El sindicato de auxiliares de vuelo y azafatas AFA teme por su parte que las empresas presionen a los trabajadores para que retomen sus tareas a los cinco días, aunque no se sientan mejor.

“No podemos permitir que el cansancio pandémico lleve a decisiones que extiendan la duración de la pandemia o responsabilicen a los trabajadores por ella”, destacó en un comunicado.

– Efecto psicológico –

Para Joseph LaVorgna, economista jefe de Natixis, las nuevas recomendaciones no tendrán “un efecto sustancial en la economía”, pero sí un “efecto psicológico” positivo.

“La gente estaba preocupada hace unas semanas por tener que afrontar un nuevo período de confinamiento”, señaló a la AFP.

Las nuevas reglas “eliminan esa perspectiva, empujando a las personas a seguir adelante con sus vidas más rápido”.

Todavía es demasiado pronto para cuantificar con precisión el impacto de ómicron, especialmente porque la temporada de vacaciones tiende a confundir los indicadores, observó Oren Klachkin, de Oxford Œconomicus.

De todas maneras, la reducción del período de cuarentena aliviará “al menos temporalmente los problemas de escasez de mano de obra”.

Para el economista Joel Naroff, sin embargo, “esto no hará que desaparezcan los problemas existentes”, como las dificultades en la cadena de suministro fuera de Estados Unidos, la baja tasa de participación en el mercado laboral o el fin de las ayudas gubernamentales.

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