Foto: Cuartoscuro Los artesanos arman la tradicional piñata de siete picos, que representa los siete pecados capitales, en diversos colores  

La llegada de diciembre incrementa la actividad artesanal en torno a las posadas, la Navidad y el Año Nuevo en los mercados de casi todo el país.

Los productos que se comercializan van desde la fruta de temporada, ingredientes para la cena, el ponche y, por supuesto, las tradicionales piñatas.

En mercados y puestos de la República se ve a familias completas produciendo estrellas, animalitos o los personajes de moda. Dentro del MercadoEl Carmen” en la capital poblana, Marino Pérez Vázquez tiene instalado su taller donde desde hace varios años elabora cientos de piñatas que llegan a los hogares.

Las hace de picos de colores, de muñecos de caricaturas, de broma, de figuras tradicionales y de distintos tamaños y gustos.

En entrevista con 24 HORAS PUEBLA, comentó que para este 2021, aproximadamente arman en su taller 500 piñatas.

De acuerdo con Marino, este año la elaboración de estos productos bajó hasta 50%, debido a que ya no encuentran periódico, y el poco que hallan es muy costoso.

Pérez Vázquez también lamentó que en los últimos años se haya perdido la tradición de las piñatas con olla de barro, por las que son hechas de cartón o solo de papel.

ARTESANOS MEXIQUENSES SURTEN A LA CDM

En el Estado de México, en el ejido de Dolores, Temoaya, la familia de Luis García y su esposa Margarita Gaspar, también son artesanos de piñatas, quienes junto a sus hijos dan forma al papel y engrudo, que sirve para adornar las piñatas.

La familia tiene clientes de diversos estados, pero sobre todo de la Ciudad de México.

Regularmente trabajan todo el año en la elaboración de piñatas, y aunque en 2019 sus ventas se vieron mermadas ante la cancelación de festejos por la pandemia de Covid-19, pesperan que este fin de 2021, al reactivarse diversos festejos, puedan tener buenas ventas.

OAXACA SE LLENA DE COLOR

Uno de los negocios familiares está en la colonia Gómez Sandoval, en la capital oaxaqueña.
Paulina Ortiz, entre noviembre y enero, vende las piñatas que elaboran durante todo el año, desde hace una década, cuando encontró en este trabajo una forma de ingreso en el que participa toda su familia.

Paulina cuenta que es laborioso hacer una piñata, los moldes, los picos, que en ocasiones terminarla lleva un día, y medio más para que sequen.

El precio de una piñata oscila entre los 18 y mil 500 pesos, de acuerdo con el tamaño, yel decorado.

 

LEG