María O’Higgins
Foto: @alefrausto_ María O’Higgins recibió en 2009 la presea Amalia Solórzano Bravo, otorgada por el Gobierno de Michoacán  

María de Jesús de la Fuente Casas -su nombre de pila-, fue abogada de profesión, pintora y promotora cultural, inició su quehacer artístico en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León y trabajó con ahínco en favor de los derechos de las mujeres.

María O’Higgins, quien falleció este martes a los 101 años, originaria de Rayones, Nuevo León, fue pionera en la defensa de los derechos de las mujeres desde mediados del siglo pasado, muchas de ellas de escasos recursos y quienes sufrían de maltrato.

Inquieta por naturaleza, en 1947 fundó en Monterrey la Escuela de Trabajo Social, donde impartió cátedra durante dos años; en la década de los cincuenta propuso el proyecto para crear la primera Defensoría de Oficio para Mujeres, la cual dirigió, y estableció también el primer jardín de niños y los Jardines del Arte en la Alameda Mariano Escobedo, apoyada por el pintor Marco Cuéllar.

Como promotora cultural, ocupó la presidencia de la Fundación Cultural María y Pablo O’Higgins, prestando servicios al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de la obra del pintor mexicano de origen estadounidense y cuya relación inició cuando el artista regresó a Monterrey a buscar cerámica opaca para el mural que realizaría en la fachada del palacio municipal de Poza Rica, Veracruz, denominado Desde las primitivas labores agrícolas prehispánicas hasta el actual desarrollo de la industria petrolera.

María produjo su propia obra con el uso de técnicas como acuarela, óleo, litografía, bordado y grabado, además de colaborar en algunos murales al lado de Pablo O’Higgins, su esposo.
Por su trayectoria y labor María O’Higgins recibió en 2009 la presea Amalia Solórzano Bravo, otorgada por el Gobierno de Michoacán, y en 2019 el reconocimiento del Gobierno de la Ciudad de México.

En 2017, la artista y luchadora social donó al Museo Mural Diego Rivera 14 bocetos correspondientes a siete murales realizados entre 1934 y 1964: La lucha de los obreros contra los monopolios (1934), Expropiación petrolera (1939), Lucha contra la discriminación racial y la unidad obrera (1945), La maternidad y la asistencia social (1946), Dios del fuego/Lucha del pueblo tarasco (1964), Boda indígena en San Lorenzo (1964) y Paisaje tarahumara (1964).

Gracias a su disposición la Secretaría de Cultura federal, a través del INBAL, adquirió esta relevante obra que se suma a la colección con la que cuenta el Instituto, y las cuales enriquecen el patrimonio artístico nacional.

LEG