Foto: Marco Fragoso En la Casa del Peregrino, parte del contingente se toma un descanso  

En la Casa del Peregrino, en la Ciudad de México, integrantes de la caravana migrante están a la espera de que el Instituto Nacional de Migración (INM) les otorgue visas humanitarias o tarjetas de residencia permanente.

Lo anterior, luego de que el jueves 16 de diciembre, en una mesa de diálogo con funcionarios de la Secretaría de Gobernación (Segob), se acordara que el órgano les otorgaría visa humanitaria o, en caso de ya tener una, les brindaría la residencia permanente a quienes lo solicitaran.

Jesús Ramos, originario de El Salvador, refirió que busca la residencia permanente en México, ya que no pretende continuar su camino a Estados Unidos y quiere trabajar en Monterrey.

“Yo no quiero llegar a EU, tengo colegas que partieron en caravana hace cerca de dos años y me esperan allá”, explicó.

Por separado, otro salvadoreño, Erick Martínez, detalló que está en espera de su visa humanitaria para transitar libremente por el país y al llegar a Estados Unidos no lo deporten.

Mientras, algunos de los migrantes que han llegado a Quintana Roo consiguieron visas humanitarias, a diferencia de Tapachula, Chiapas, donde habían esperado semanas sin resultados.

Cerca de mil 700 indocumentados han arribado a la entidad en busca de dicho documento, provenientes de la caravana, de acuerdo con datos del INM.

Los extranjeros se encontraban en Tapachula, pero ante la saturación de los servicios en las oficinas del  INM les dieron dos opciones: deportación o traslado a la delegación del órgano en Quintana Roo, donde el trámite es más expedito.

Charles Caleb, haitiano de 29 años, quien dejó su país en 2015, aceptó la segunda oferta. Llegó el miércoles pasado a las 17:00 horas, se pasó la tarde buscando comida y durmió, a falta de refugios temporales, con su familia en la calle.

La mañana del jueves se presentó en las oficinas del INM para tramitar su cambio a visitante por razones humanitarias, lo cual consiguió pasado el mediodía.

 

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Espera. En la Casa del Peregrino, parte del contingente se toma un descanso.

 

LEG