Foto: AFP Creyentes de teorías conspirativas tomaron el Capitolio el 6 de enero; Mark Meadows, exasesor de Trump, se niega a declarar ante el Congreso.  

El 20 de enero de este año, luego de formalizarse la victoria de Joe Biden como nuevo presidente de Estados Unidos, miles de seguidores de Donald Trump y creyentes de la teoría conspirativa QAnon se quedaron esperando arrestos masivos, juicios sumarios militarizados y ejecuciones… pero nada de eso pasó. Acaso el mayor daño que provoca la extrema derecha en el Poder Legislativo estadounidense es la polarización, como ya ha reconocido Biden.

Este fin de semana el mandatario del ala demócrata ofreció su primera entrevista nocturna a un popular talk show, y escogió el Tonight Show de Jimmy Fallon. Ahí resaltó la cada vez más tensa dinámica bipartidista en EU, generada en gran medida por la “gran mentira” del fraude electoral que el expresidente republicano aún esgrime en cualquier foro disponible.

“QAnon y los elementos extremos del Partido Republicano, así como los continuos esfuerzos del expresidente Donald Trump para desafiar los resultados de las elecciones de 2020 son desafíos para el bipartidismo”, expresó Biden en videollamada, “y lo que Trump sigue alimentando, ya sabes, la gran mentira, lo hace tremendamente difícil”.

EL ESTADO PROFUNDO

QAnon es la abreviación de Q-Anónimo, a su vez una referencia a la autorización de acceso “Q” utilizada por el Departamento de Energía estadounidense para datos de seguridad nacional o secretos.

La teoría de la extrema derecha de EU nació en 2017 y tiene que ver con un supuesto “Estado profundo” que conspira contra Trump y sus seguidores. Sus creadores afirmaban tener acceso a información clasificada que probaba como actores, políticos y funcionarios de alto rango que participan en una red internacional de tráfico sexual de niños eran investigados por Trump, que buscaba prevenir un golpe de Estado orquestado por Barack Obama, Hillary Clinton y George Soros. Nada de eso se ha probado.

Graves consecuencias

Corto se quedó Biden al sugerir que QAnon propicia solo división bipartidista, cuando hace un mes Jacob Chansley, “el chaman de QAnon”, fue condenado a 41 meses de prisión por su rol en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, con un saldo de cinco muertes.
Hoy en día, legisladores indagan en las últimas semanas de la presidencia de Donald Trump y bosquejan cada vez más claramente el cuadro de una democracia estadounidense en peligro.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

Vive en Congreso pesquisa vs. Trump

Por AFP

La comisión de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos sobre el asalto del 6 de enero al Capitolio por una turba leal a Donald Trump se centra cada vez más en el expresidente y sus principales ayudantes, y en lo que hicieron antes del motín.

Los legisladores, que han entrevistado a casi 300 personas, reconstruyen los movimientos de Trump después de que perdió las elecciones de noviembre de 2020 ante Joe Biden, y la posibilidad de que estuviera intentando diseñar un golpe de Estado, una amenaza sin precedentes para la democracia estadounidense.

El rechazo de Trump a la victoria electoral de Biden no fue solo una pataleta de mal perdedor, sino más bien un esfuerzo serio por retener el poder, y que el republicano habría planeado durante semanas.

Por ejemplo: a mediados de diciembre, el abogado John Eastman le presentó a Trump un plan preciso para que el entonces vicepresidente, Mike Pence, quien presidiría la certificación, explotara los vacíos legales para evitar que Biden se mudara a la Oficina Oval.

Llama Cuba ‘demagógica’ la cumbre democrática

Cuba consideró este lunes, en la víspera de acoger una reunión al más alto nivel del ALBA, que la Cumbre por la Democracia organizada por el presidente de EU fue un “ejercicio demagógico” que no aportó propuestas concretas.

“Como artificio político sirvió para mostrar el aislamiento, y la pérdida de influencia de la nación más poderosa del planeta; el gobierno perdió la oportunidad de convocar a un encuentro inclusivo”.
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