Fotos: Ángel Ortíz | Algunos peregrinos llegaron a la Calzada de Guadalupe a pie, otros en bicicletas y otros tantos de rodillos, movidos por la devoción hacia la Morenito del Tepeyac
Fotos: Ángel Ortíz Fotos: Ángel Ortíz | Algunos peregrinos llegaron a la Calzada de Guadalupe a pie, otros en bicicletas y otros tantos de rodillos, movidos por la devoción hacia la Morenito del Tepeyac  

Pese a que la Basílica de Guadalupe permaneció abierta, a diferencia del 2020, para recibir a los fieles guadalupanos que año con año se dan cita en el recinto, la cantidad de asistentes fue menor a la apreciada años atrás. Algunos peregrinos indicaron que muchos prefirieron no realizar el viaje debido a la pandemia, aunado a las indicaciones emitidas por el gobierno local sobre que no se iba a permitir pernoctar en la Basílica ni en las inmediaciones.

Desde días previos vecinos y comerciantes de la zona reportaron la casi nula presencia de peregrinos que por esas fechas en años anteriores comenzaban a abarrotar las calles y avenidas aledañas.

De igual manera, el gobierno capitalino y la alcaldía Gustavo A. Madero se prepararon para recibir a los peregrinos: Dispusieron de operativos que implicaban, por ejemplo, la asistencia médica a los peregrinos que fueran arribando a la capital y, de manera más específica, a la GAM; cierre de vialidades para delimitar un perímetro en torno a la Basílica y apoyo vial; distribución de elementos de seguridad enfocados a vigilar y ofrecer un trayecto seguro a los fieles; así como brindar orientación e indicaciones sobre las medidas sanitarias a las que se exhortó a los asistentes.

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Durante el transcurso de la tarde se apreció la llegada de cientos de peregrinos por la parte norte de la Ciudad de México, donde algunos feligreses montaron estacionamientos y campamentos improvisados, tal fue el caso del Parque del Mestizaje en la colonia Santa Isabel Tola, lugar donde confluyeron de otros guadalupanos procedentes de diversas regiones.

Desde estas calles aledañas vecinos de la alcaldía se situaron sobre calles, avenidas y puntos de acceso a la Basílica para ofrecer a los peregrinos botellas de agua, dulces, tortas o jugos para hacer más ameno su trayecto y a manera de dar gracias a la Virgencita de Guadalupe por los favores recibidos.

En las calles más próximas al recinto mariano se podían observar puestos ambulantes en los que se ofrecían rosarios, escapularios, medallitas, pulseras, mantas o efigies de la Virgen de Guadalupe o alusivas a ella. Sin embargo, en varios de estos puestos se observaban letreros con ofertas, principalmente en las efigies, pues a decir de los comerciantes, este año las ventas cayeron por la poca cantidad de fieles y por eso buscaban la manera de lograr la venta de sus productos sin registrar pérdidas económicas.

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“Por acción de gracias a la Virgen de Guadalupe por los favores recibidos”. “Se lo damos de corazón para las personas, es ayudar al prójimo, la Virgencita nos socorre, y pues con muchísimo gusto damos algo de lo que nos da ella”, indican dos personas que ofrecían comida y agua a los peregrinos.

Durante el transcurso de la tarde miles de fieles comenzaron a llegar sobre Calzada de Guadalupe, la mayoría llegaban a pie, sin embargo, había quienes llegaban en bicicletas o de rodillas, pero todos movidos por la devoción a la Morenita del Tepeyac.

Personal médico de diversas corporaciones se encontró distribuido a lo largo de la zona, atento a los fieles por si alguno requería asistencia médica. Por su parte, personal de la alcaldía implementó el Operativo Basílica, el cual consistió en “recordarle a la gente el uso del cubrebocas, que no se lo quiten, […] que cuiden sus pertenencias, que no suelten a sus niños, que procuren la sana distan y que dentro del recinto nada más es pasar, saludar a la virgen y afuera”.

Al caer la noche la cantidad de peregrinos que arribaron a la Basílica comenzó a aumentar, por lo que las personas comenzaron a formar ríos de devoción que recorrieron Calzada de Guadalupe, un sendero de luz que marcaba el tramo final previo a llegar a la casa de la Virgencita.

Cerca de la medianoche Calzada de Guadalupe presenciaba la llegada ininterrumpida minuto a minuto de cientos de fieles que se dieron cita para visitar a la Guadalupana, aunque fuera sólo por unos instantes. El frío no fue un problema para los fieles, quienes entre cánticos, porras y aplausos para la virgen, llegaban a la entrada de la Basílica acompañados de sonrisas y mucho entusiasmo.

OC