Foto: AFP Pero más de dos años y medio han pasado desde el incendio que destruyó buena parte del recinto, en abril de 2019, y ni las labores ni la polémica ven pronto una conclusión  

Los parisinos lanzaron plegarias reunidos junto al Sena cuando el fuego, crecido desde las entrañas de su catedral, hizo colapsar la bóveda y la aguja que coronaban Notre Dame.

Millones de dólares fueron recaudados -incluso antes de apagar el fuego-, y surgieron concursos que lograron reunir miles de propuestas en camino a una reconstrucción que honrara su valor cultural y gran significado. Pero más de dos años y medio han pasado desde el incendio que destruyó buena parte del recinto, en abril de 2019, y ni las labores ni la polémica ven pronto una conclusión.

Aunque desde la presidencia Emmanuel Macron ha garantizado su reapertura al público para 2024, y el proyecto de remodelación interno está a punto de ser llevado a la Comisión Nacional de Arquitectura y Patrimonio, expertos y civiles se pronuncian en desacuerdo a propuestas como la instalación de iluminación y proyecciones que “modernicen” la experiencia de los visitantes y no priorice la conservación de un espacio con tanta historia.

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