Foto: Especial Duda razonable se basa en el seguimiento de seis años a los protagonistas de la historia en la que se muestran los reveses y el desenlace del drama que llevó a cuatro personas inocentes a ser acusadas de secuestro  

“Porque alguien tiene que hacerlo”, por esa simple y sencilla razón, Roberto Hernández continúa en su cruzada por dar a conocer casos como el de Héctor Muñoz Muñoz, Gonzalo Garcia Hernández, Darwin Morales Ortiz y Juan Luis López Garcia que fueron detenidos en junio de 2015 por tentativa de secuestro. Delito por el que fueron encarcelados en Macuspana, Tabasco.

Duda razonable se basa en el seguimiento de seis años a los protagonistas de la historia en la que se muestran los reveses y el desenlace del drama que llevó a cuatro personas inocentes a ser acusadas de secuestro tras un accidente menor en una carretera.

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“Durante muchos años tuvimos en México una televisión que como decía “El Tigre Azcárraga”, para jodidos, que no informa y mucho menos asume la inteligencia del otro y se creía que apostándole a una televisión con contenidos poco informativos, poco sofisticados se podría tener un gran público y que era imposible esto de tener contenido que te reta intelectualmente, es complejo y al mismo tiempo tener un gran público”, dice a 24 HORAS, Roberto Hernández.

El también abogado asegura que Duda razonable es una serie compleja, difícil de seguir y además está publicada como una historia inconclusa, literalmente y de forma deliberada.

“Yo digo que es cine de emergencia con el que estamos tratando de llegar e informar, con cortes rápidos porque hay personas que son inocentes privadas de su libertad.

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“Hoy, la serie está dentro de los primeros lugares en la plataforma de Netflix y por momentos ha rebasado a El juego del calamar, por momentos a Narcos, lo cual demuestra que es posible hacer cine que es complejo, difícil de seguir, al mismo tiempo que es popular, eso me dice que la gente está dispuesta a zamparse esta historia complicada, dura, dolorosa, lo que me hace sentir que hay esperanza porque tienen una mirada mucho más sofisticada acerca del sistema de justicia penal y saben qué exigirle a los políticos en la siguiente elección que quienes no ven la serie, lo que pone en mejores condiciones a quienes quieren ser sofisticados acerca de lo que proponen, usarán la serie como discusión o referencia como en su momento pasó con Presunto culpable”, añade Roberto.

Así es como considera que el periodismo cumple su función sobre el proceso democrático; a veces hay una mirada un poquito cínica sobre el trabajo periodístico y se cree que solo hay que copiar los boletines de prensa y no rascarle, ni profundizar.

Gracias a ello hay una recompensa por parte del público pues la producción los trata con inteligencia y eso es satisfactorio. Por eso el equipo que hizo Duda razonable se siente orgulloso.

A pesar de todo lo que está pasando con Duda razonable y el éxito de Presunto culpable, Hernández se siente insatisfecho, porque los protagonistas de la miniserie están presos al día de hoy, sentenciados a 50 años de prisión y su vida pende de un hilo.

“Dependen de que un tribunal colegiado decida el caso y no es ni siquiera seguro que eso suceda . Ellos llevan siete años en la cárcel, esperando que se haga justicia y esto puede tardar entre unos cuantos días más o años por las rutas que puedan ocurrir, como el que los juzguen de nuevo, que un tribunal de amparo los liberen de una vez, que les nieguen el amparo, que manden el caso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que lo decida, lo cual retrasaría todo”, sostiene este personaje que conoce perfectamente las leyes.

El caso es polémico porque una persona sacó un arma de fuego e hirió a uno de ellos cuando estos viajaban en coche. Cuando llegó la policía, esta persona alegó que había sido secuestrada. La policía no investigó más allá y metieron en la cárcel a estas cuatro personas.

“Por lo pronto me siento satisfecho con la reacción del público, pero insatisfecho como cualquier persona que haya visto la serie, es muy frustrante, encabronado, doloroso, porque al público le queda claro que son inocentes y que la maquinaria del Poder Judicial y del Estado no ha podido entenderlo, escucharlo, absorberlo, ni les ha importando lo suficiente como para indagar y rascarle un poquito más. El equipo ha hecho trabajo para hacer evidente algo que ya sabemos que existe”, dice.

Ese mismo equipo legal y de producción logró que elementos importantes del caso, como la estadística, la información sobre la tortura, los detalles del caso de una mujer víctima de secuestro, fueran muy bien elegidos y contados en Duda razonable, trabajo que incluso sierve como guía y precedente para otros casos.

Roberto Hernández se dice amigo del cine; su experiencia de demostrar en pantalla grande la historia de Presunto culpable y la reacción del público, asegura no tiene precio, ya que le daba la posibilidad de entablar un diálogo con los asistentes frente a frente.

Asegura que esa clase de mirada comunitaria no existe cuando se ve en la privacidad de tu casa y no hay una retroalimentación. “Así que, lo mejor sería una combinación de estos dos mundos, de poder pasar una película por festivales, cine

LEG