Se esforzó mucho la fiscal general de la Ciudad de México para entregar la cabeza de uno de los hombres más cercanos al senador Mancera, pero el regalo no es para su amiga Claudia Sheinbaum, sino para el canciller.

Tras la detención de Julio Serna, por su probable participación en el delito de enriquecimiento ilícito, la jefa de Gobierno celebró el combate a la corrupción y que no haya impunidad.

La noche del sábado, agentes de la Policía de Investigación ejecutaron una orden de aprehensión en contra de quien fuera el exjefe de gabinete de la gran capital. El que ya durmió en un penal, también fue director y administrador del Fideicomiso de la Central de Abasto.

En septiembre de 2019, la Secretaría de la Contraloría resolvió inhabilitarlo por un período de diez años para ejercer el servicio público, y muchos se “pitorrearon” de la decisión, pues con el dinero que dicen que tiene, no necesitaba trabajar ni un día más.

Pero las imágenes que se filtraron, primero grabadas alrededor de las 21:00 horas en Jardines del Pedregal, cuando un oficial lee los derechos del recién detenido, y luego ingresando a un penal varonil, fueron un regalo fabuloso para el encargado de la política exterior del país.

La historia comienza años antes de que el entonces Secretario de Seguridad Pública de la CDMX trabajara para su jefe, Andrés Manuel López Obrador. Marcelo tenía a un abogado muy cercano, que le llevaba asuntos personales y de negocios, el doctor Miguel Ángel Mancera.

El jefe policiaco por la gran confianza que le tenía a su amigo, lo metió de asesor, y lo encumbró hasta ser procurador primero, y jefe de Gobierno después.

Mientras Marcelo avanzaba, Mancera crecía. Sabía que entre más subía el jefe, él tenía más alternativas.

Años después, el favorito, el gallo, el tapado muy destapado era Mario Delgado. Pero nunca creció el Secretario de Finanzas y Educación. A todos nos consta que Marcelo hizo hasta lo imposible para meter con calzador al hoy presidente de Morena, pero las encuestas no mentían: no había manera de ganar con él.

Marcelo tenía al final dos posibilidades: Alejandra Barrales y su gran amigo, su abogado personal, que había realizado un buen papel en la Procuraduría. Salió bien la jugada. Dejar al amigo incondicional.

Todavía por allá de 2012, el jefe de Gobierno saliente inauguró su obra icónica del sexenio, la línea 12 del Metro. Se hizo acompañar de su camarada, de su incondicional, ya como jefe de Gobierno electo. Se aventaron elogios mutuos.

Semanas después de tomar posesión el alumno, éste traicionó al jefe. Empezaron las broncas en el Sistema de Transporte colectivo y Mancera acusó a Ebrard de hacer las cosas con las patas, y de enriquecerse con esta obra.

Mancera jaló con el Pacto con México, se hizo petista y antilopezobradorista. Fueron seis años de bonanza para Mancera, y hasta pensó que podría ser Presidente de México.

Pero el poder se le fue como agua en las manos: sólo le alcanzó para una senaduría, que lo protege de una posible detención. Sus socios andan a salto de mata, y uno de los más cercanos, Julio Serna ya está tras las rejas.

Pero el poder se le fue como agua en las manos: sólo le alcanzó para una senaduría, que lo protege de una posible detención. Sus socios andan a salto de mata, y uno de los más cercanos, Julio Serna ya está tras las rejas.

Le metió una puñalada en la espalda al hombre equivocado. Su impulsor, al que traicionó, hoy está en la final contra Claudia Sheinbaum para ser candidato a la Presidencia de la República.

Todo indica que Mancera irá a la cárcel. No saben los ebradoristas si cuando inicie el nuevo sexenio, o quizá antes, previo desafuero del doctor.

No guardó Mancera la fidelidad debida al jefe político, pero algo peor, traicionó a su jefe y amigo.

Ernestina Godoy y sus muchachos entregaron al Presidente de la República y a la Jefa de Gobierno a uno de los hombres más poderosos de la Ciudad de México en el sexenio pasado. Es un éxito para la 4T que ya esté en una celda, pero es un apetitoso aperitivo para quien aspira a despachar en Palacio Nacional, y que años antes tuvo que autoexiliarse en París, Francia.

Nadie sabe para quien trabaja. Godoy, lo hizo en esta ocasión, para quien quiere quitarle la candidatura presidencial a su amiga Claudia Sheinbaum.

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

www.GustavoRenteria.mx