Sigue siendo el Festival de Jazz de la Riviera Maya una estrategia eficiente de promoción para proyectar a Quintana Roo al mundo y provocar apetito en los diferentes mercados emisores de turistas al Caribe Mexicano, este 2021 fue una edición híbrida bastante emotiva.

Darío Flota Ocampo el Director del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ) no quita el dedo del renglón y contra viento y marea y aunque que la pandemia ha sacudido él sigue sosteniendo al festival pese a las adversidades que el Covid 19 ha planteado.

Este año el festival no se efectuó junto al mar en Playa Mamitas, es verdad fue triste no tener ese sello emblemático ya que posiblemente es el único jazz fest que se hace en plena playa, sin embargo este año recurrió a un recinto cerrado con sus grandes pros y contras que ello conlleva.

El moderno Teatro de la Ciudad de Playa del Carmen acogió los recitales de los artistas de la talla del dos veces ganador de Grammy Kurt Elling o de la trompetista canadiense Bria Skonberg, el saxofonista Ravi Coltrane y la mexicana Dannah Garay, quienes se presentaron con teatro absolutamente vacío frente a una audiencia digital que los observó únicamente vía streaming en vivo en YouTube, la verdad lució muy bien en un recinto cerrado con acústica controlada, eso fue inmejorable.

Entonces ¿Debiera conservarse este formato híbrido ya de cajón para la edición XX y subsecuentes? Es decir el próximo año si el festival regresa a la playa ¿debería mantenerse la emisión vía streaming y el Teatro de la Ciudad como sub sedes? Yo pienso que sí, eso proyectaría al evento aún más.

Y voy más allá, creo que el festival está lo suficientemente maduro como para “vivir digitalmente” todo el año, practicar la estrategia de mercadotecnia “lead nuturing” que no es otra cosa que durante todo el año nutrir de contenidos de valor a la comunidad de “riviera-maya-jazz-lovers-libers” y generar mucha más fidelidad tanto por la parte jazzística como por la parte de destino turístico. Ya es hora que el festival emprenda ese gran paso digital para convertirse en un ente “evergreen” siempre vivo permanente, con personalidad y comunidad propia.

No sé si el proyecto de para una “Casa del Jazz” que no le vendría mal, una especie de lugar oficial del festival que se convierta en la sede y recinto oficial del jazz en la Riviera Maya y que albergue la memorabilia, un salón de la fama, un museo y actividades varias relacionadas con este gran evento.

Por cierto las Jam Sessions o “tocadas” o “palomazos” de media noche fueron la gran revelación del festival este año, los artistas de juntaban para mezclarse entre ellos y tocar líricamente lo que les viniera en gana en el bar del hotel; así vimos al mismísimo neoyorkino Ravi Coltrane darle al clarinete con todo y sus virtuosos jóvenes músicos que lo acompañaban seguidos por grandes músicos mexicanos en sana convivencia, de tal forma que las Jam Sessions robaron cámara en las noches del festival.

En conclusión yo veo un Festival de Jazz en su edición XX multisede, en Playa mamitas, en el Teatro de la Ciudad, en streaming en YouTube y tal vez con su propia Casa de Jazz y además con la fuerza en diferentes recintos de la quinta avenida convertidas también en multisedes de Midnight Jam Sessions por tres noches.

Por ideas no paramos para desear larga vida al Festival de Jazz de la Riviera Maya, para que continúe atrayendo turismo al destino de playa más importante del continente americano, lo merece y con jazz de por medio mucho mejor. ¿Qué le depara? Un futuro promisorio sin duda.

LEG