Si la NBA fuera como el futbol, LeBron James acumularía no menos de siete premios al jugador más valioso de la temporada (MVP) en vez de los cuatro que suma, y Michael Jordan se habría retirado con acaso diez de esos trofeos (justo el doble de los que en su brillante carrera obtuvo).

Vale la pena decir que, por muchas décadas, el futbol siguió una lógica similar a la del baloncesto. Tiempos en los que el Balón de Oro se empeñaba en reconocer estrictamente al mejor futbolista del último año y no de la última década o acaso de la historia.

Viajando por el palmarés del que ha sido el principal galardón individual en el futbol, si se otorgó a Messi el de este 2021 entonces Johan Cruyff, Franz Backenbauer y Gerd Müller debieron acaparar las diez entregas de los setenta (de diez se repartieron sólo seis), tanto como en los sesenta Eusebio mereció mucho más que uno y en los cincuenta Alfredo Di Stéfano hasta cuatro o cinco (consideremos que el premio se estrenó en 1956 y la apodada Saeta Rubia fue el pilar del Real Madrid pentacampeón de Europa hasta 1960).

Resulta perfectamente posible negar el Balón de Oro a Lionel Messi en este año y rendirse ante la magnitud de su leyenda, ante la constancia de su excelencia, ante la longeva sublimación que ha hecho del futbol arte (¿o alguien cree que el legado de Michel Platini aminore por “sólo” tener tres Balones de Oro?).

Revisemos su año. En el primer semestre aportó al Barcelona altas cifras, aunque nada que repercutiera para ganar un partido relevante: tres derrotas y un empate contra Real y Atlético en la liga, caída en octavos de final ante el PSG en la Champions luego de ser goleado por la Juventus.

Para el segundo semestre, ya con París Saint Germain, presentó números escuálidos y un nivel de desequilibrio todavía lejano a lo que es capaz de dar. Por supuesto, la selección argentina ganó la Copa América con Messi como máximo eje, mas no recuerdo que antes o con otro crack se haya dado tanta relevancia a ese torneo continental. Sé que de inmediato vendrá el argumento de que Cristiano Ronaldo fue Balón de Oro en el 2016 de su coronación europea con Portugal… año en que el lusitano también conquistó Champions League.

Hablo del mismo Cristiano que, según la lógica que planteo, tampoco tendría que aglutinar ya cinco Balones de Oro sin que eso demerite en absoluto su brutal magnitud.

Si se pretende refrendar el pedestal histórico, quiten al Balón de Oro el año de entrega. Como el homenaje es a un año y no a una carrera, el error ha sido garrafal.

En este 2021 hubo al menos cinco futbolistas que lo merecieron más que Messi: Salah, Lewandowski, Benzema, Kante y Jorginho… quedando demasiado claro que eso no los acerca de forma alguna al sitio de leyenda que corresponde al rosarino. Sitio tan elevado que no necesita de regalos o concesiones absurdas.

Con diez, siete o cuatro Balones de Oro, Messi es patrimonio del futbol.

 

Twitter/albertolati

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