Foto: AFP El presidente Joe Biden lamentó el lunes las vidas perdidas tras el incidente mortal de Wisconsin, y calificó la violencia como una tragedia  

A punto de terminar el año, las últimas semanas en Wisconsin hacen que el tiempo transcurra lento y doloroso. En días pasados, la localidad de Kenosha fue el escenario de la absolución para Kyle Rittenhouse, a quien se le imputaron cargos por homicidio imprudente e intencional tras sus acciones en las manifestaciones de 2020 durante el Black Lives Matter.

Después del veredicto surgieron movilizaciones con disturbios tanto en la localidad de Kenosha, como en las ciudades de Nueva York y Portland, que protestaron en contra de la determinación del juez y exigieron su salida.

Ahora, en Waukesha, a 80 kilómetros de Kenosha, las autoridades anunciaron que se le imputarán cargos por homicidio intencional a Darrell E. Brooks, el hombre de 39 años que el domingo embistió un desfile navideño con su camioneta, matando al menos a cinco personas de entre 52 y 81 años, e hiriendo a otras 50, incluyendo casi 20 niños.

El sospechoso además ha sido acusado en otras tres ocasiones por poner en peligro a otros y por episodios de violencia doméstica, por lo que se descarta que el atentado tenga algún vínculo con el terrorismo, aunque personas en el sitio señalaron que probablemente el conductor huía de otro crimen cuando atravesó las vallas de contención y atropelló a los participantes del desfile.

Al trágico panorama del estado norteño de EU se le suma la vigente pandemia por Covid-19, que en el país ya suma más de 750 mil de muertes y más de 47 millones de casos confirmados, lo que lo posiciona, de lejos, como el país con más víctimas por la enfermedad a nivel mundial.

El presidente Joe Biden lamentó el lunes las vidas perdidas tras el incidente mortal de Wisconsin, y calificó la violencia como una tragedia que ha dejado a una comunidad luchando por comprender lo que sucedió.

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