Foto: AFP No es la primera vez que un presidente peruano trata de vender este mismo avión  

Se conoce como déjà vú a la sensación de estar pasando por un evento que ya vivimos, y que se detona por la similitud en las emociones que provoca. Por poner un ejemplo, ayer el presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció la venta de la aeronave presidencial de su país… como lo hiciera en su momento el hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su campaña, en 2018.

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“Anuncio que venderemos el avión presidencial, y los recursos serán utilizados en la salud y educación de los niños y niñas”, dijo el político de izquierda desde Ayacucho, al sureste de Perú, en la entrega del informe de sus primeros 100 días en el cargo.

No es la primera vez que un presidente peruano trata de vender este mismo avión: en 2007, Alan García fracasó en dos ocasiones cuando convocó a subastas públicas, a las que no se presentó ningún postor.

Entre la familiaridad del discurso, el mandatario dio las nuevas medidas de austeridad para su administración, que prohibirá a funcionarios públicos viajar en primera clase cuando sea por vía aérea. “En un gobierno del pueblo, los funcionarios viajarán como un ciudadano de a pie”, expresó Castillo, que continuó con los anuncios e informó del aumento de 18 dólares que tendrá el salario mínimo a partir del 1 de diciembre.

El avión presidencial es un Boeing 737-528 con matrícula FAP-356 operado por la Fuerza Aérea de Perú, con capacidad para 70 pasajeros, y ha sido empleada en puentes aéreos para transporte de bienes de primera necesidad a la población tras desastres naturales.

 

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