Foto: Ángel Ortíz Actualmente, editoriales como Salvat y RBA ofertan colecciones como la Biblioteca Julio Verne, Novelas Eternas y Grandes Novelas de Aventuras, entre otras.  

Libros de Julio Verne, Jane Austen, Sir Walter Scott, Charles Dickens y Emilio Salgari se observan por doquier, pero no se trata de una biblioteca, tampoco de una librería, sino de un puesto de revistas y periódicos, en el que, como escondidos, también se ofertan los diarios de circulación nacional.

Esto se debe a que ante el auge del Internet y las redes sociales, donde la propia prensa ofrece sus contenidos, los voceadores de la Ciudad de México han encontrado en artículos coleccionables, de editoriales como Salvat y RBA, un salvavidas desde hace varios años.

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Esta oferta alternativa a los periódicos y revistas (que todavía le dan nombre a estos locales semifijos) no sólo se limita a libros, sino también a figuras de colección y vehículos armables por fascículos (como el legendario DeLorean de Volver al Futuro)… Así como dulces, frituras, refrescos y, en estos tiempos de pandemia, cubrebocas y caretas.

Leticia, quien vende en las inmediaciones de la Alameda Central, comenta que la venta de diarios “bajó, pero muchísimo. Quizás hoy se venden un 10 o 15% de lo que se vendía hace cinco años”.

Y es que los diarios tradicionales también compiten con los periódicos gratuitos que se reparten en las principales avenidas de la capital, los cuales han encontrado un nicho propio en el mercado de las noticias, con la ventaja de que, al no tener costo, todas sus impresiones llegan a los lectores.

José, otro voceador en el Centro Histórico, asegura que diversos coleccionables sustituyeron a los periódicos como la principal fuente de ventas, aunque en los últimos meses también han tenido bajas: “Regresando de la pandemia muchos subieron de precio y la gente que los vio ya no los quiere comprar”.

En otro puesto de periódicos, otra encargada menciona que “antes no metía tantas cosas, por ejemplo, ahorita el cubrebocas, son atípicos y eso es lo que más nos compensa un poquito.

Antes nuestro negocio era así, sí vendías el cigarrito, el chiclito, el dulce… Era como el extra para completar, pero ahora para algunos compañeros dicen ‘ahora para mí esa es mi principal fuente de ingresos y luego ya el periódico y la revista’”.

También por Internet

La oferta de artículos coleccionables también alcanza a las redes sociales y plataformas de venta por Internet.

En grupos de Facebook como “Novelas Eternas/ Grandes Novelas de Aventuras/ Compra/ Venta /Cambio”, voceadores y coleccionistas entran en contacto de forma directa y acuerdan la compra de sus artículos de forma remota a través de plataformas como Mercado Libre o, ya en confianza, mediante transferencias bancarias con envíos por Correos de México.

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Y al estilo de las llamadas Nenis (las mujeres emprendedoras que entregan sus productos en el Metro), también acuerdan las estaciones en que cierran tratos con pago en efectivo.

Incluso los voceadores ofertan colecciones completas (o hasta el número que se ha publicado), que han ido reuniendo de forma semanal o quincenal, con la intención de obtener una ganancia mayor de un solo golpe.

FRASE
“Dependen los puntos, pero lo que yo considero que más se desplaza en nuestros módulos son las enciclopedias y colecciones, y ya posteriormente revistas y periódicos; antes era al revés, primero era el periódico, luego la revista y luego las colecciones un poco”
José
Voceador del Centro

 

Complemento. Cubrebocas, llaveros, bolsas y botanas también forma parte de la oferta que mantienen con vida a los puestos de periódicos.

LEG