Foto: Quadratín Los panaderos dibujan flores, grecas… calaveras sobre el pan de manteca; algunos llevan el nombre del difunto  

Mitla, la ciudad de los muertos, prepara el recibimiento de las almas de los difuntos con un peculiar producto hecho solo en esta temporada.

Es el pan de muerto elaborado con harina, anís, canela, huevo y manteca, pero que se distingue de otros municipios por las grecas que lleva encima y que son pintadas con harina, agua y azúcar, los artesanos panaderos adornan los panes antes de hornearlos, para que la consistencia sea tostada.

Hacen pequeños para los angelitos, que son los menores que murieron, y grandes para los difuntos mayores. Les dibujan flores, grecas, cuadros, calaveras, imágenes religiosas, algunos especiales llevan el nombre del difunto o alguna figura que pidan.

Aunque la imaginación es de quien lo adorna, actividad en la que participan niños y grandes y que se hereda de generación en generación, las grecas de la zona arqueológica de Mitla, uno de los emblemas de la cultura zapoteca, son también usados para vestir el pan de muerto.

Juan Carlos Martínez es uno de los artesanos que en esta época cumple con la tradición del pan de muerto, que además le representa algún ingreso. Sin embargo, aunque el dinero ayuda, es mucho más su interés por conservar la tradición y él mismo cree que en esta fecha vienen las almas de quienes ya no están.

“Más que una fuente de empleo, representa una fiesta en donde convivimos todos los que trabajamos en esta panadería”, señala.

El pan de muerto es uno de los elementos básicos en el altar de quienes siguen esta práctica ancestral, también para la mesa, pues se acompaña de chocolate.

 

LEG