Fernandomanía y los 40 años de la mejor antítesis del beisbol en el mundo   
 

“¡Irreal!”, es como la revista estadounidense Sports Illustrated describió en su edición del 18 de mayo de 1981 a Fernando Valenzuela Anguamea, un joven beisbolista mexicano que sería conocido a la postre como “El Toro” Valenzuela y dejaría marcado a uno de los equipos de tradición en la Gran Carpa, Los Dodgers de Los Ángeles, así como a toda la Major League Baseball (MLB) en Estados Unidos con un movimiento denominado la “Fernandomanía”.

Durante el año 1981, México atravesó por varios acontecimientos. El presidente José López Portillo es anunciado como el ganador del Premio Príncipe de Asturias, el país es postulado como sede de la Copa del Mundo a realizarse en 1986, Octavio Paz es condecorado con el Premio Cervantes de Literatura, la banda británica Queen ofrece su primer concierto en territorio azteca en el Estadio Universitario de Nuevo León y el equipo de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se proclamaron campeones del futbol mexicano.

Sin embargo, ese mismo año es más recordado por el surgimiento de una de las máximas leyendas del deporte de México, Fernando “El Toro” Valenzuela, que al mismo tiempo fue el estandarte de un movimiento de identidad mexicana y latina que en este 2021 cumple 40 años y continúa vigente.

Una antítesis del deportista que venden los medios, blanco y atlético, como señala Edmond de Estrella, columnista en el diario ContraRéplica y colaborador del espacio en internet Rincón Beisbolero. 

Habían pasado casi 10 años desde el último representante latino en la MLB, el puertorriqueño Roberto Clemente y Fernando llegó a dominar la posición y competir contra los grandes pitchers de ese momento como Steve Carlton y Nolan Ryan.

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“Fernando, un muchachito regordete, hasta con su barrito todavía en la mejilla, llegaba a tirar juegos iguales o mejores que los que ellos podían lanzar.

“Eso se fue significando sin duda el tema de una identificación del latino en lo general; el mexicano y el méxico-americano al verlo se identificaron con él y eso hizo que regresaran al estadio de los Dodgers y se limaran las asperezas con el equipo angelino”, agregó.

Foto: Librería UCLA

Fernando Valenzuela Anguamea nació el 1 de noviembre de 1960 en la comunidad de Etchohuaquila, municipio de Navojoa, Sonora, el menor de 12 hermanos; tras pasar por el equipo local de los Piratas de Etchohuaquila, su carrera como profesional inició con los Mayos de Navojoa en 1977, una trayectoria en el béisbol mexicano que estuvo en ascenso.

“Este chico es un buen prospecto de las Grandes Ligas. De 19 años, es un lanzador zurdo muy fuerte y con mucho aplomo. Tiene una buena bola rápida y una curva viva y rápida con buena rotación. Buen cambio, también tiene un buen control para un lanzador zurdo de su edad, tiene un buen cuerpo fuerte, brazos largos, dedos largos que ayudan a su pitcheo. Este chico es definitivamente un buen prospecto de las Grandes Ligas. Este es su segundo año en el béisbol profesional”, fue el reporte hecho por el busca talentos de los Dodgers, Mike Brito, en 1979. 

Como un “Inmortal” del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, destacan sus tres temporadas en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y ser nombrado El Novato del Año en 1979 con los Leones de Yucatán. Logró 30 victorias a cambio de 24 derrotas, con 3.00 de efectividad.

Por 120 mil dólares, Fernando Valenzuela fue firmado por los Dodgers de Los Ángeles, momento en que también aprendería y dominaría el lanzamiento de tornillo (screwball) que lo distinguiría como pitcher zurdo. 

“En el 79 fue cuando fui a la Liga de Instrucción de Arizona, fue cuando Bobby Castillo estaba allí y me ayudó a preparar la bola para el pequeño giro y la bola de tornillo.

“Lo que me dicen, va a ser fácil para ti porque es natural para los zurdos, que la bola se aleje más de los bateadores diestros. Así que le das un poco de rotación, creo que va a ser más efectivo”, narró Fernando Valenzuela para el programa espacial “Fernandomanía” realizado por Los Angeles Times.

El joven de Etchohuaquila debutó el 15 de septiembre de 1980 como relevista ante los Bravos de Atlanta; tuvo dos entradas, aceptando un imparable y logrando un ponche.

Pero lo mejor llegó al año siguiente, el parteaguas de Fernando en la historia del llamado “Rey de los deportes”. El 9 de abril, los Dodgers disputaban el juego inaugural de la temporada 1981 y el entrenador de los angelinos, Tommy Lasorda, tenía en su lista como abridor a Jerry Reuss, pero una lesión en la pantorrilla lo dejó fuera.

Entonces Lasorda recurrió a su tercer pitcher, un joven de 20 años, ya que el segundo en la lista Burt Hoot tampoco estaba disponible. 

Fernando Valenzuela describe que un día antes del juego inaugural el entrenador le dio la sorpresiva noticia, que al principio tomo como una broma por parte de Lasorda, pero al confirmar que era una realidad, simplemente se preparó.

“Tommy me preguntó si podía lanzar. Primero no sabía qué pensar porque a Tommy le encantan las bromas. ‘¿No es una broma?, ¿es en serio?’. Y le dije que lanzaría”, recuerda Valenzuela.

El Dodger Stadium albergó ese día 9 de abril a poco más de 50 mil espectadores y en ese mismo instante cuando los aficionados de Los Ángeles se enteraron que el pitcher abridor sería el novato mexicano Fernando Valenzuela. Lo que al principio parecía una incógnita, al final quedó en asombro de la tremenda demostración del zurdo de Etchohuaquila que blanqueó 2-0 a los Astros de Houston.

Aunque en México, la noticia de ese primer juego de Valenzuela habría pasado un poco desapercibida entre los aficionados mexicanos, como recuerda Edmond, debido a que las Grandes Ligas no eran muy seguidas, no se comparó con lo que vendría después.

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De acuerdo con el especial “Impacto de la Fernandomanía, a sus 40 años”, de la MLB, las siguientes tres salidas fueron en la carretera -en San Francisco, San Diego y Houston. Ganó tres juegos lanzando completo, incluyendo blanqueos ante los Padres y Astros. En su segunda salida en casa, el 27 de abril ante los Gigantes, lanzó otro blanqueo; su cuarto en cinco aperturas. Para ese momento, el mexicano tenía récord de 5-0 con 0.20 de efectividad y todo el mundo comenzó a preguntarse cuándo sería la próxima apertura de Valenzuela.

“No puedo creer que sea la cosa más asombrosa, maravillosa y gratificante que creo que hayamos visto en el béisbol en muchos años. Es desconcertante porque después de todos los años mirando este juego, sé lo difícil que es, sé lo difícil que fue incluso para los mejores que lo jugaron y de alguna manera este joven de México con una sonrisa de duende en su rostro actúa como si estuviera lanzando práctica de bateo en México y convierte en su quinta blanqueada.

“Ahora tiene marca de 7-0, 9-0 en su carrera y es la comidilla del mundo del béisbol en inglés y español y en cualquier otro idioma que esté al alcance de la mano Fernando Valenzuela y puedes apostar que estará en el post-juego”, fue como se narró en Estados Unidos el partido de los Dodgers ante los Mets de Nueva York en 1981.

Para ese momento, el joven mexicano ya era muy solicitado por los medios y fue portada de muchas revistas especializadas, una situación que describió Sport Illustrates en su artículo dedicado al novato sensación de las Grandes Ligas.

“Fue una conferencia de prensa más adecuada para un dignatario extranjero que para un atleta, pero, entonces, un dignatario extranjero es más o menos en lo que se ha convertido Fernando Valenzuela de los Dodgers. Solo un príncipe u otro potentado podría haber visto el circo mediático con tanta ecuanimidad. Unas 100 personas de noticias se reunieron en el Diamond Club del Shea Stadium el jueves pasado, con camarógrafos de televisión compitiendo por la posición”.

El mote de “El Toro” llegó después de que el diario angelino Herald Examiner llevó a sus lectores a escoger el apodo del joven mexicano.

El punto cumbre fue el tercer juego de la Serie Mundial entre los Dodgers contra los históricos Yanquis de Nueva York, donde el equipo de Los Ángeles llegaba con dos derrotas a cuestas y el abridor era nada menos que Fernando “El Toro” Valenzuela, duelo que ganó 5-4, explotando con todo el lanzamiento de tornillo o “tirabuzón”.

“La gente palmeando, vitoreando, coreando al Toro, venga Fernando le gritan. Que llegue Fernando en el centro del diamante y va con el lanzamiento, la bola viaja. Allá va Tommy Lasorda a abrazar a Fernando Valenzuela, conquista su primera victoria en Serie Mundial y bate a los Yanquis cinco carreras por cuatro. Esto es un manicomio”, narración de Jorge “Sonny” Alarcón.

Una temporada que concluyó para Valenzuela con el título de la Serie Mundial con los Dodgers, el premio Cy Young y el premio al Novato del Año.

Durante 10 años, el joven de Etchohuaquila dejó su mejor historia en Los Ángeles, ciudad que lo adoptó como un referente del deporte de la Gran Carpa. Mientras que en México quedó como una de las tres grandes leyendas del deporte mexicano junto al futbolista Hugo Sánchez y el boxeador Julio César Chávez.

“Personas que realmente nos entregaron muchas tardes de alegría en una década donde eso hacía falta. Uno de los tres era Hugo en los domingos, Fernando cada cuatros días que lanzaba y Julio cada que salía al ring representaban alegría porque además sabías que estaba el mejor del mundo en su posición.

“No era cualquier mexicano, llegó Hugo, va Fernando, va Julio y somos los campeones, este día somos campeones, punto, y esos tres lo lograron. Hoy los medios tendrían que vivir alrededor de ellos”, manifestó Edmond de Estrella.

OH