El principal impacto del Entendimiento Bicentenario en la estructura del Gobierno mexicano estará en cuando menos tres puntos fundamentales:

1.- Ampliar el concepto de seguridad nacional hacia la seguridad del Estado, ante el acoso de la delincuencia en la migración y asumir una extensión de los intereses nacionales a la influencia directa en la política interna de países que afectan a México.

2.- Cumplir con el compromiso pendiente de un sistema nacional de inteligencia y llevarlo a un estado superior: construir una comunidad de servicios de inteligencia y seguridad nacional del Estado, creando nuevas organizaciones policiacas y mejorando las existentes, además de reformar las leyes actuales a partir de la cada vez más indispensable ley de seguridad interior que confirme el nuevo paradigma de la política de seguridad del Estado: asumir la delincuencia como un desafío a la autoridad del Estado y no como una actividad circunscrita a la disputa por la riqueza individual. Es decir, la delincuencia como un poder fáctico.

3.- Pasar de la construcción de la paz a una nueva ofensiva operativa contra organizaciones criminales del narco y de otras actividades delictivas para rescatar de inmediato el control de espacios territoriales de la soberanía del Estado que han sido capturados por los delincuentes sustituyendo a las autoridades legales. EU apoyó el Entendimiento a cambio de mayor actividad operativa en México contra cárteles.

Por el tono y las concesiones otorgadas por la Casa Blanca al contenido del acuerdo que exigió México, ahora corresponderá la retribución legal, institucional y colaborativa con la sofisticada, cara, militarizada y agresiva estrategia de seguridad nacional de la Casa Blanca.

Zona Zero

  • La principal sorpresa que se han encontrado el Congreso federal, los congresos locales, los alcaldes y los gobernadores que salieron de las elecciones de junio pasado se encuentra en el reconocimiento a la existencia de una compleja red de intereses de los grupos delictivos con las estructuras de los tres niveles de Gobierno. Ninguno de los nuevos funcionarios previó ese problema, tampoco lo estudió para llegar con propuestas y sus principales colaboradores carecen de conocimiento y sensibilidad para instrumentar decisiones inmediatas.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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