En diciembre se cumplirán tres años del inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y en su partido, Morena, tienen mucha prisa por definir el método de selección y candidatos para sucederlo en el poder.

Fue el mismo mandatario quien marcó el inicio de la carrera presidencial al interior de su movimiento y, hasta el momento, quien encabeza sus preferencias para continuar su proyecto es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Pero hay al menos dos personajes más que han comenzado a trabajar para su proyecto: el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y el líder de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal; ambos con una larga trayectoria política que inició en el PRI.

Marcelo Ebrard fue discípulo del exregente del entonces Distrito Federal Manuel Camacho Solís, personaje cercano al expresidente Carlos Salinas de Gortari y gran operador político.

Mientras que Ricardo Monreal también se ha distinguido por ser un buen operador y, a pesar de las adversidades, siempre ha logrado ganar, aunque sea perdiendo.

Tanto Ebrard como Monreal aseguran estar interesados en buscar la Presidencia de México, aunque como buenos contendientes, aclaran que esa aspiración no los puede distraer de su actual responsabilidad; sin embargo, un día sí y otro también declaran sobre el tema y han comenzado a tejer sus redes de apoyo tanto al interior como al exterior de Morena.

Adelantar dos años el proceso de sucesión puede desgastar aún más a Morena, que de por sí ya se ha comenzado a fracturar; sin embargo, será después de marzo del próximo año, una vez que pase la consulta para la revocación de mandato, cuando los morenistas comiencen la guerra interna.

La revocación de mandato permitirá conocer si el partido en el poder sigue manteniendo la fuerza que llevó a López Obrador a la Presidencia de la República o bien, si a tres años de su mandato, hay desilusionados en el camino.

La denominada Cuarta Transformación se ha empeñado en señalar que son distintos a los otros partidos y a los gobiernos pasados, pero la pelea por la sucesión no puede más que recordarnos las prácticas priistas.

Incluso también está el tapado, ese personaje de toda la confianza del Presidente a quien prepara, cuida y lo coloca en un lugar estratégico como la Secretaría de Gobernación, convirtiendo así a Adán Augusto López -el mismo que cambió la Constitución de Tabasco para reprimir manifestaciones- en el candidato natural a la Presidencia.

Lo cierto es que esta sucesión anticipada llevará a Morena a una crisis que, si no alcanzan a corregir, les pudiera costar el triunfo en 2024; escenario al que seguramente le está apostando la oposición, a quien parece se la tragó la tierra.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

El director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, ya se frota las manos con la aprobación de la reforma energética que le otorga todo el poder para decidir sobre la industria eléctrica nacional. Usando términos morenistas: ¿interés por el pueblo bueno o ambicioso vulgar?


@aguilarkarina