José Ureña
 

La persecución de científicos tiene muchos ángulos.

Todos sabemos de los 31 acusados penalmente de “delincuencia organizada” por la Fiscalía General de la República (FGR) de Alejandro Gertz Manero.

Un delito inventado por María Elena Álvarez-Buylla y respaldado desde Palacio Nacional en el sermón de la mañana.

Sobre ellos pende la cárcel inconmutable mientras el delincuente confeso Emilio Lozoya Austin goza de libertad, habita su hogar y lleva vida social de altura.

Aquí podemos dar cuenta de otro elemento de acoso con testimonios directos de los involucrados.

Cuando los integrantes de la asociación civil Foro Consultivo Científico y Tecnológico buscaron la conciliación, la señora Álvarez-Buylla los frenó:

-¡Nada contra la cuarta transformación!

Acudieron otros miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en respaldo de sus compañeros y la respuesta fue la misma:

-Quien no esté con la cuarta transformación no tiene por qué estar aquí. No queremos traidores.

Varios de ellos narran escasos encuentros con la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ante quien no valen méritos ni capacidades ni capacidad ni estudios en curso.

Sus quejas se pierden en el abismo de la incomprensión y el autoritarismo.

TODOS ESTÁN AMENAZADOS

Pocos se atreven a hacer denuncias públicas.

Algunos se arriesgan a brincarse esta amenaza institucional, como es Catalina Pérez Correa.

Y por si no bastara lo dicho en persona por María Elena Álvarez-Buylla, ahí está la espada de la justicia presta a cortarles su libertad.

Y después del amago de aprehensión está el Código de Ética recién publicado por el Conacyt, válido para perseguidos o quienes siguen en el anonimato.

En él se asienta como causal de despido “emitir comentarios u opiniones negativas o desfavorables sobre políticas o programas del Conacyt”.

Serán sancionados si se atreven siquiera a difundir, total o parcialmente sus ensayos y descubrimientos.

Por si lo dudan, tienen pruebas del riesgo en caso de hablar.

Alejandro Madrazo mostró solidaridad hacia los 31 perseguidos y fue despedido del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) de la Región Centro del país.

¿Puede trabajar un científico, por esencia hombre de ideas libres y estudios universales, bajo tanta amenaza?

UNA REFORMA SIN DESTINO

Es prematuro pedir Las Golondrinas para la contrarreforma eléctrica del régimen.

Pero en este momento no tiene destino bajo dos ángulos:

El primero es el creciente rechazo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al grado de ya sentirse cercados el dirigente Alejandro Moreno y el coordinador Rubén Moreira.

Ahí cabe el reclamo del coordinador senatorial Miguel Ángel Osorio Chong de voltear hacia los documentos básicos priistas, los cuales impedirían votar a favor.

También está la campaña en contra de la senadora y ex presidenta tricolor Claudia Ruiz Massieu: ambos son vaticinios del sufragio negativo en el Senado.

Pero si ello fuera poco, ahora surge el bloque de los cinco senadores independientes para oponerse a la contrarreforma lopezobradorista.

Así no pasa.

LEG

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