Recuerda que a los 11 años de edad ya tenía muy claro que su más grande sueño era vivir en Asia, aunque su mamá le asegura que fue muchos años antes. Carla Fernanda Ávila Escobedo, quien ha adquirido notoriedad en México hace un par de semanas por su participación en la controversial serie El juego del calamar de Netflix, simplemente amaba todo lo que tenía que ver con la cultura de esa parte del mundo.
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Inconscientemente, la actriz y modelo que también tiene una carrera en Ingeniería en Finanzas, cambió de aires porque no se veía como la típica mujer mexicana que contrae matrimonio muy joven para formar una familia.
“No estaba lista para eso, creo que si me quedaba a lo mejor me habrían dado el anillo (de compromiso) así que me puse a investigar sobre lo que podría estudiar para hacer algo que realmente me gustara y llegué a Corea donde apliqué en las carreras de Lingüística y en Ciencias Políticas. Pero por cosa del destino, mi carrera se ha centrado en el modelaje y la actuación”, comenta a 24 HORAS, Carla Ávila.
No está segura de dónde nace su pasión por lo asiático, “era muy pequeña cuando empezó; me gustaban mucho las caricaturas, ninguna en especial”, y así emprendió el vuelo. Del K-Pop no sabía nada, incluso no tenía idea sobre esa corriente musical que ha tenido muchísimo éxito de este lado del mundo.
“Pero de lo que sí estoy segura es que Corea es mi novio tóxico, que me gusta y de pronto me trata tan mal, pero lo amo. La vida aquí es tan difícil, pero es muy bonito y aquí sigo. Lo increíble es que hoy todo mundo habla de mí por mi breve participación en la serie El juego del calamar que ha tenido muy buena aceptación en la sociedad coreana”, dice.
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Tomar la decisión de hacer casting para la serie le fue muy complicado pues en Corea hay que ser muy respetuoso de las costumbres de la sociedad que en cierta forma aún es muy conservadora.
“El temor era hacer body painting y que lo vieran como algo sexual, eso podría arruinar totalmente mi carrera”. Su actuación la tenía reservada para unas cuantas personas, “pero como me enteré de que alguien se estaba colgando el milagrito, decidí hacerlo público”, de ahí Carla ha sido todo un fenómeno mediático en México.
Lo que ha aprendido durante su estancia en Corea es que mientras allá te pueden bloquear por un pequeño tropiezo, en Latinoamérica una mala crítica puede encumbrar a cualquiera.
Mientras más hablen más fama se adquiere. “A diferencia del entretenimiento occidental en Corea, una nota mala va a destruir toda tu carrera, te cancelan, te sacan del medio y no te vuelven a contratar jamás, estás acabada”, sostiene.
Las críticas abundan en sus redes sociales, pero hay algunas que le llaman la atención pero porque no entiende a lo que se refiere; hay quien le ha dicho que es igualita que Frankie Rivers con su historia sobre La toalla del mojado (de la serie Vecinos) pero el chiste hubo que contárselo para que muriera de risa en plena entrevista con 24 HORAS.
Pero El juego del calamar no ha sido la única producción en la que Carla ha participado. Su currículum incluye The beauty inside, Record of Youth y Barrenderos espaciales. Incluso, su primera pasarela la realizó a los 16 años en Guadalajara.
Carla Fernanda sufre de discriminación en Corea. Pero a pesar de ser de tez es blanca, padece de discriminación por que dicen, está muy gorda, hasta se decoloró el cabello para tratar de encajar en el estereotipo de las coreanas, pero regresó a sus orígenes pues no se era feliz.
Hoy Carla Fernanda Ávila es la tapatía que ha causado furor en México al ser la única mexicana en formar parte de la serie El juego del calamar de Netflix que se ha colocado como la más exitosa del momento y que ya confirmó su segunda temporada.
LEG