Foto: Cuartoscuro / archivo Los productos que representan el motor del comercio local, es decir, las ventas más importantes y con mayor utilidad como los abarrotes en 74%, la cerveza en 65%, los refrescos en 51% y las botanas en 23%  

Durante la pandemia, las ventas de las tiendas de abarrotes cayeron 28.4% en comparación con meses previos a la emergencia sanitaria; se estima que en 2020 unas 300 mil tienditas tuvieron que cerrar temporalmente, lo que implicó pérdidas y afectaciones en la calidad de vida de los tenderos y sus familias, reportó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).

Aunado a lo anterior, sólo uno de cada 10 pequeños comercios recibió algún tipo de apoyo por parte de las autoridades durante la crisis; lo cual ayudaría a la reactivación económica del país.

De acuerdo con un estudio realizado por la Anpec, en colaboración con académicos de las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) y Anáhuac, los ingresos de las tienditas disminuyeron en 28.4%, es decir, si antes de la pandemia se vendía un peso, actualmente ese monto se redujo a 70 centavos. Y ello afectó el ingreso familiar del 89% de los pequeños comerciantes.

Además, durante el año pasado, unas 300 mil –una de cada cuatro– tiendas de abarrotes realizaron cierres temporales, lo que ocasionó la pérdida de autoempleo de alrededor de 600 mil trabajadores que laboraban en los pequeños comercios.

En conferencia de prensa, Cuauhtémoc Rivera, el presidente de la Anpec,señaló que en 2021, 150 mil pequeños negocios lograron la reactivación, pero, en algunos casos, optaron por cambiar a giros relacionados con la pandemia, tales como la venta de cubrebocas o gel antibacterial, aunque ello les resulte de menor operatividad y utilidad. Sin embargo, añadió que es una manera de restablecerse en la economía.

El representante de los pequeños comerciantes indicó que sólo uno de cada 10 micronegocios recibió algún tipo de ayuda durante la pandemia, el resto no obtuvo ayuda ni de los gobiernos municipales, estatales o federal, proveedores, asociaciones o cámaras a las que pertenecen.

En ese sentido, apuntó que los programas de apoyo que se implementaron desde distintas instancias del gobierno, fueron insuficientes y poco exitosas. De acuerdo con el estudio, sólo 6% de los encuestados dijo haber recibido algún apoyo por parte de las autoridades.

El estudio destacó que los productos que representan el motor del comercio local, es decir, las ventas más importantes y con mayor utilidad como los abarrotes en 74%, la cerveza en 65%, los refrescos en 51% y las botanas en 23%, son los que han sufrido incrementos en los precios.

Poco a poco se recupera las tienditas de abarrotes

A pesar de que las tiendas de abarrotes no sufrieron cierres o restricciones mayores durante los meses de confinamiento, por ser consideradas como actividades esenciales, sí sufrieron afectaciones en sus ingresos.

Gabriela, quien atiende una tiendita ubicada frente a una escuela primaria, reconoció que el año pasado fue difícil, pues sus ingresos se redujeron ante la suspensión de clases escolares, y es que, sus principales consumidores eran los estudiantes.

Según sus estimaciones, las ventas bajaron hasta 70%, además, comparte que detectó que las personas buscaban precios más económicos, y en caso de no encontrarlos, compraban menos producto o no los adquirían.

Ante la baja de ingresos, tuvo que hacer ajustes en los gastos del hogar para enfocarse en lo esencial. Sin embargo, desde que se redujeron las restricciones sanitarias y se reactivaron las actividades en los centros de trabajo y escolares, la situación mejoró para Gabriela.

Por su parte, la señora Maribel quien es propietaria de una tienda de abarrotes en una avenida concurrida, también señala que también tuvo afectaciones por la falta de movilidad, pero en los últimos meses ha mejorado su situación.

En su caso, la mujer reconoce que hubo semanas que sintió miedo a contagiarse de coronavirus, por lo que hubo días en que optó por no abrir su tienda, pero la necesidad de tener ingresos económicos para sobrevivir la empujó a continuar atendiendo su tienda.

Maribel comparte a 24 Horas que durante los meses más críticos de la pandemia, cuando aún no iniciaba la campaña de vacunación, algunos clientes acudían a la tienda sin cubrebocas, por lo que a pesar de la implementación de medidas sanitarias propias, ella temía al contagio.

Comparte que en ocasiones se ponía a valorar los riesgos de seguir atendiendo su comercio o preservar la salud, pero se sobreponía la necesidad del dinero. Maribel confía en que, en los próximos meses, la situación va a mejorar.

 

LEG