José Ureña

La instrucción es muy superior:

La candidatura de Claudia Sheinbaum debe acelerar rumbo al 2024 y para ello es necesario aprovechar todas las coyunturas.

Como anunciamos en junio tras la derrota urbana del partido del Gobierno, el primer paso es la recuperación de la Ciudad de México.

Para ello desde Palacio Nacional se ordenó el relevo de Gabriel García Hernández como jefe de los súperdelegados y su sustitución por Carlos Torres.

Este, de la mano de Andrés Manuel López Beltrán y arropado con todas las estructuras del Gobierno federal, tiene la misión de reconquistar las nueve alcaldías perdidas el 6 de junio.

La siguiente acción fue enviar al duro Martí Batres, pero de todas las confianzas de López Obrador, a la Secretaría General del gobierno capitalino.

El tercero es incrementar la presencia de Sheinbaum en la zona urbana y, como se vio ayer, apoyada por el Presidente.

Esta operación, con el refuerzo de las partidas socio-electorales, será la constante en la segunda mitad del sexenio.

En el futuro, según dijo el propio López Obrador, no se abandonará a la población capitalina, donde está su base social.

ESTRELLA DEL GRAN PREMIO DE MÉXICO

Pero hay mucho más.

La suerte, herencia del maldito neoliberalismo, puso en manos de Claudia Sheinbaum la carrera de Fórmula 1.

El guion es muy simple:

Deberá capitalizarse la influencia de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), so pretexto de difundir los atractivos urbanos.

La jefa de Gobierno será la estrella de los principales actos, excepto los espacios cerrados por la FIA a directivos, pilotos y miembros de las escuderías.

-La FIA se reserva su burbuja -dice el instructivo.

Pero ella se coordinará con los organizadores para presentar espectáculos como desfile de policías, bomberos y un hermoso espectáculo aéreo.

Lo demás es complementario: pruebas anti covid a todos los asistentes porque habrá cupo total y si la suerte premia a Sergio Checo Pérez, la foto de Claudia dará la vuelta al mundo.

ANAYA NO ACUDIRÁ A LA AUDIENCIA

1.- El juez y el Gobierno pueden dejar de esperar.

El panista Ricardo Anaya no se presentará a la audiencia para conocer y contestar los cargos de corrupción atribuidos a partir del delincuente confeso Emilio Lozoya.

Tiene razón.

No quiere seguir la suerte de Rosario Robles y Jorge Luis Lavalle, quienes acudieron con la mirada elevada y fueron encarcelados y sometidos a proceso.

Anaya ya conoce el capítulo siguiente: se ordenará su aprehensión y a continuación será declarado prófugo de la justicia.

Tal vez entonces avance hacia la evasión definitiva de la persecución -política, dice él- del régimen: solicitar asilo en Estados Unidos.

Eso sí, conforme avancen el tiempo y los pasos procesales, el queretano deberá alejarse de sus propósitos de ser candidato presidencial en 2024.

Y 2.- El presidente de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, anunció el lanzamiento del Premio Iberoamericano al Liderazgo Social.

A continuación, en la mesa redonda La transformación digital, convocó a los líderes a presentar ideas para mejorar el entorno social.

El evento fue patrocinado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura y por el Centro Ricardo B. Salinas Pliego para impulsar la digitalización.

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