Si National Geographic acreditó el litio como el oro blanco del siglo XXI, países latinoamericanos han comenzado a asumir ese metal como tema de Estado, ante las presiones empresariales y de grandes potencias para controlarlo.

El general y doctor Martín Hernández Bastar va a circular en breve el estudio El litio como asunto de seguridad nacional en México, parte del conflicto EU-China y acredita a la disputa por el litio algunos disturbios en Chile y en Bolivia. En México comienzan las inquietudes por el control del metal y el senador morenista Alejandro Armenta ya introdujo una iniciativa de ley para asentar el dominio del Estado. El propio presidente López Obrador anunció la semana pasada una ley, en el contexto de la reforma eléctrica.

El litio y la minería en general deben formar parte de los principios de seguridad nacional de México, en tanto que representan riquezas naturales en el subsuelo como el petróleo. La comercialización privada de esos productos representa una forma de exacción de países poderosos. Bolivia es el principal país que ha asumido el control del litio como un recurso natural del Estado, en tanto que en México se pretende ampliar el otorgamiento de concesiones mineras.

El general y doctor Hernández Bastar hace énfasis que las reservas de litio se encuentran en zonas ahora controladas, dominadas o de alta influencia de cárteles del crimen organizado en Sonora y otras entidades, lo que plantea otra derivación de seguridad nacional. Datos de seguridad revelan que los cárteles están tratando de controlar las minas en el centro-norte de la República.

La industria minera se encuentra en el centro de una reorganización de recursos, pero también de la soberanía del Estado como antes lo fue el petróleo como un recurso del subsuelo que le corresponde a la nación.

Zona Zero

  • La crisis de la migración en la frontera México-EU se está enfocando desde las consecuencias: decenas de miles de personas que quieren llegar a EU a tener empleo y bienestar. La causa original es el modelo de desarrollo latinoamericano dependiente de la economía estadounidense. Y nadie parece interesado en debatir una reforma al capitalismo precario en países subdesarrollados, incluyendo México por la creciente migración no legal de mexicanos a EU en busca de empleo y salarios que la economía aquí no les ha proporcionado.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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