Al final de la jornada del martes pasado, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, debió de haber quedado tranquila: la oposición en el Legislativo fue más dada al insulto que a la supervisión de las actividades del Ejecutivo.

La burla de la senadora expriista-exmorenista-exlopezobradorista-neopanista calderonista (hasta ahora), Lilly Téllez, a los efectivos de la Guardia Nacional se quedaron en insultos a las fuerzas armadas. Y a pesar de sus facultades, los legisladores cumplen la amenaza de María Félix en La Cucaracha al decirle a sus combatientes que se quedaron sin balas: “Miéntenles la madre, que también les duele”.

El sistema de división de poderes confiere al Legislativo la facultad de vigilar al Ejecutivo. En Estados Unidos, las dos cámaras tienen comités selectos de inteligencia que supervisan con autoridad las acciones político-militares de la Casa Blanca. En México existe una comisión legislativa bicameral de seguridad nacional que sirve como carabina de Ambrosio.

La política y la estrategia de seguridad del Gobierno federal no han encontrado un factor de equilibrio consensuado y crítico en alguna de las dos cámaras. Las comparecencias de funcionarios del gabinete de seguridad han sido desaprovechadas por los legisladores de oposición al utilizar discursos de burla y de insultos en lugar de análisis de los enfoques de seguridad o iniciativas legislativas para mejorar, corregir ya hasta fijar actividades para mejorar resultados de seguridad.

Los insultos de la senadora Téllez contrastan con el último reporte de seguridad del Inegi (https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSegPub/Envipe2021.pdf)  que revela que la percepción social de inseguridad sigue disminuyendo y no reconoce la cifra oficial (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/669118/CPM_Informe_de_seguridad__22sep21.pdf) de una declinación de los delitos después del pico logrado en noviembre de 2018.

A la estrategia gubernamental le sigue faltando un contrapeso legislativo.

Zona Zero

  • Encargada de la agenda migratoria y fronteriza, la vicepresidenta Kamala Harris sigue sin controlar el problema. Y a pesar de su responsabilidad directa, solo le pide al Gobierno de EU -que ella encabeza con Biden- “mejor trato a migrantes”, ante las escenas de haitianos hacinados bajo un puente y policías atacando con caballos y látigos a solicitantes de asilo.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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