Foto: Carlos Mendoza La gama de Peugeot que arribó este año a México es una de las ofertas más versátiles en cuanto a espacio, desempeño, tecnología, seguridad, lujo y otras prestaciones  

La gama de Peugeot que arribó este año a México es una de las ofertas más versátiles en cuanto a espacio, desempeño, tecnología, seguridad, lujo y otras prestaciones como el tipo de motor. Para ejemplificarlo está 5008, la opción más familiar y con la opción de funcionar con motor de gasolina o de diésel.

No cambia en la mayor parte de su exterior. La versión GT que estuvo en nuestras manos tiene el aire más familiar de todas. Siete pasajeros pueden ir en ella, aunque cinco sería lo ideal, ya que será más confortable y dará un mayor espacio de carga. Pero bueno, empecemos con el exterior.

Una parrilla inconfundible. Original y con refinamiento. Para algunos llamativa y para otros algo exagerada, pero una cosa cierta: nunca inadvertida. La combinación en negro con el color de la carrocería dan una continuidad al diseño para los laterales.

Faros más estilizados acompañados de la firma lumínica que como en 2008 y 208, sobresale en una línea diagonal simulando unos colmillos.

En toque bitono en la parte baja de las fascias, salpicaderas, estribos, rines, así como las carcasas de los espejos, techo y el spoiler arriba del medallón, es parte de las cualidades que más ha gustado de este vehículo.

La parte trasera es de lo más original con unas calaveras con nueva iluminación en las que las luces a tres líneas simulando una garra le dan un aire más exclusivo. El cromo es usado como un marco desde el pilar A al D.

El interior tiene un habitáculo en el que el conductor goza de un aire deportivo con un volante multifunción con cortes en la parte superior e inferior, palanca de cambios tipo avión, así como teclas para comandos que le hacen ser una apuesta bastante auténtica en estos días.

Prevalece el negro con materiales de buenas sensaciones: suaves y con apariencia de estar en un vehículo premium. Una cosa que no puedo decir que me gustó es la combinación de gamuza sobre el tablero y puertas, pues con cualquier derrame de líquido o sustancia, será muy notoria la macha, al igual que el acabado piano black, elemento que independientemente de la marca y modelo, no es algo muy favorable por imán de huellas en el que se convierte.

Los asientos son bastante cómodos, y el acabado en tela, piel y alcántara dan una sensación muy buena, aunque nuevamente, el cuidado de estos significará un poco de dolor de cabeza.
Clúster de instrumentos y pantalla táctil de 12.3 y 10 pulgadas respectivamente dan la muestra de la experiencia digital y tecnológica aunados a sistema de aire acondicionado de doble zona y asientos calefactables.

El espacio es muy bueno en primera y segunda fila. Pueden viajar cinco pasajeros cómodamente debido a que no hay elevación por el túnel de transmisión, pero como al inicio he mencionado, incluir a dos más en la tercera fila no es lo mejor.

Esas últimas plazas pueden ser replegadas y la cajuela ganará mucho espacio. El techo panorámico, dicho sea de paso, se agradece por muchos por esa sensación extra de amplitud.

El desempeño con el motor 2.0 litros diésel va por dos vías. La primera y en la que destaca es la autonomía. Con trayectos prolongados y por vías rápidas, hay un consumo que arriba a los siete litros por cada 100 km.

En cuanto a potencia y pensando que debido al tipo de bloque hay un sacrificio de la misma, no es así, al menos no tan marcado. Es decir, no tiene la misma potencia que la versión de gasolina que da 165 hp con los 150 que esta versión maneja, pero nunca deja de responder.

Donde sí marca una diferencia abismal es en el torque con sus 370 metros newton, algo como 270 lb-pie. Ahí es donde compensa al momento de pisar el acelerador.

Las asistencias se agradecen, por su puesto, y funcionan muy puntuales. El único detalle es que con el mantenimiento de carril, la dirección en el volante se percibe muy intrusiva. Hay quienes agradecerán esto, pero otros no estamos tan convencidos.

Prescindiendo de la asistencia, la dirección es precisa, con cierta resistencia, pero con sensación suave para ir con los brazos relajados.

Muy buen frenado y una suspensión tipo McPherson que responde bien con los inclementes detalles del asfalto, aunque por momentos llega a percibirse más rígida de lo habitual.

En definitiva, 5008 es un SUV que atiende muy bien la necesidad de aquellos que buscan un vehículo familiar, cómodo, con diseño original, moderno y buen desempeño. Para quien conduce y busca emoción, la encontrará, sin embargo, si es el principal objetivo, posiblemente 208 sea la opción más adecuada.

Desde 723 mil 900 pesos

FICHA TÉCNICA
MOTOR
2.0 L Turbo Diésel
150 hp
270 lb-pie de torque
Transmisión automática
8 velocidades

SEGURIDAD
6 bolsas de aire
Cámara de reversa
Asistente de frenado de emergencia
Sensores de estacionamiento

TECNOLOGÍA

Pantalla táctil de 10”
Compatibilidad Apple y Android
Sistema de audio HiFi FOCAL de 10 bocinas

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