A pesar de las optimistas proyecciones y declaraciones sobre la situación financiera de Pemex, lo cierto es que no cuenta con recursos para resolver la petición de revisión del contrato colectivo de trabajo con su sindicato.

Se trata de la revisión contractual que por ley se realiza para negociar un incremento salarial y de prestaciones.

Originalmente, la negociación debió haber concluido el 30 de junio pasado, pero a petición de la empresa, el sindicato pactó una prórroga que ya se cumplió sin que la empresa haya hecho una oferta.

El sindicato, cuya fama no es la mejor debido a sus dos últimos liderazgos nacionales, sus excesos y eventuales actos de corrupción, no pretende ahora los privilegios que tenían con Carlos Romero Deschamps.

Y si bien en su petición de revisión contractual se piden aumentos, en promedio, superiores al 10%, en la realidad la dirigencia sindical sabe que eso es imposible y que la mayoría de los contratos se negocian sobre la inflación estimada para el año en curso más, si les va bien, un punto porcentual arriba.

Esto para que el poder adquisitivo de los salarios contractuales no pierda valor.

Ayer se notificó oficialmente el emplazamiento a huelga en contra de Pemex, pero el propio sindicato nacional y sus 36 secciones aclaran que no desean estallarla ni perjudicar a la empresa, pero que el emplazamiento es el único recurso legal que tienen para hacer valer su derecho.

La empresa, como es característico en esta administración, ha hecho mutis.

No se sabe si la dirección de Pemex está en la disposición de negociar, porque la respuesta oficial es que no hay presupuesto, o sabe que el sindicato no estallará la huelga.

Es un lance muy riesgoso para la de por sí pobre calificación internacional de la empresa productiva del Estado y también para sus trabajadores sindicalizados.

Una huelga en Pemex, por legítima que sea, sería un clavo en el ataúd de la empresa que el Gobierno quiere rescatar al costo que sea.

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Los miles de haitianos que se encuentran en el condado de Del Río, en Texas, que hace frontera con Ciudad Acuña, Coahuila, regresarán a territorio nacional si no quieren ser deportados a su país.

Al menos esa fue la advertencia del secretario de Seguridad Interior del Gobierno de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, quien se dio una vuelta por Del Río para ver cómo se encontraba la situación.

Por si las dudas y ante la insuficiencia de la estrategia mexicana para atender las solicitudes de asilo o refugio, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) se instalará en un estadio de futbol en Tapachula, a partir del lunes, para tratar de avanzar en el registro de los migrantes.

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El empresario Ricardo Salinas Pliego, CEO de Grupo Salinas, presentó ayer su libro “Ideas sobre la libertad que cambian al mundo”, en el que ofrece su visión sobre temas como libertad económica, política, de expresión y de acción.

Salinas Pliego sostiene que “entender la libertad, construirla y defenderla es nuestra responsabilidad como ciudadanos”.

El libro cuenta con la participación de destacadas plumas, como Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, quien colaboró en el prólogo y los analistas políticos Leonardo Curzio y Axel Kaiser.

Vale la pena leerlo.

LEG