Van tres años de esta administración y siguen demostrando que a los únicos que representan son a sus intereses, por lo que lo ocurrido el pasado Día de la Independencia nos pone en alerta de hacia dónde intentan llevar al país. 

Para un nación democrática, plural y de libertades como México, el hecho de plantear la posibilidad de invitar a la celebración más importante del país a un dictador, señalado por coartar libertades, reprimir a su pueblo y de ser un opresor, resultaría impensable, pero no así para la 4T que lo hizo realidad. 

Para vergüenza de millones de mexicanos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, arropó y recibió al dictador cubano Miguel Díaz-Canel, acusado en julio pasado de reprimir a golpes a cualquier manifestante en su contra, de encarcelar a sus adversarios, de ordenar desapariciones forzadas, y de ejercer la tortura. Sí, a él fue al que el Gobierno morenista rindió honores.  

La 4T nos arrebató nuestra celebración de Independencia para dársela a Díaz-Canel, quien no solo ocupó un lugar privilegiado en el desfile militar sino que le dieron los reflectores y el uso de la palabra en un día tan simbólico. Nuestro Ejército y el desfile por el cual trabajan por meses pasó a segundo plano.

En esta conmemoración, el mandatario mexicano no solo criticó sino que pidió al Gobierno estadounidense levantar el bloqueo económico a Cuba, lo cual no representa ninguna hazaña ya que ha sido una petición constante por más de 30 años; sin embargo, ¿era realmente necesario hacerlo cuando dependemos de Estados Unidos para acelerar el plan de vacunación contra Covid-19 y cuando es nuestro principal socio comercial?, la mayoría creemos que no. 

Miguel Díaz-Canel representa para los mexicanos un contrasentido, no fue elegido en las urnas, si no por imposición del régimen comunista, mismo que ha sometido a la pobreza y marginación a Cuba por más de 60 años. ¿Entonces, por qué tanta simpatía de López Obrador hacia este personaje y su manera de gobernar?

¿Qué el Presidente no recuerda que ganó las elecciones mediante el voto democrático?, ¿que está al frente de un país que se rige con libertades económicas, sociales y de creencias entre otras?, ¿que no se ha dado cuenta que el autoritarismo no tiene lugar?.

A la par, esta administración recibió a otro de los grandes represores y dictadores de Latinoamérica, Nicolás Maduro, quien participó en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Pero curiosamente y bajo el cobijo de México, Maduro por primera vez se atrevió a salir de Venezuela luego que Estados Unidos ofreciera una recompensa de 15 millones de dólares por su captura, al ser acusado de terrorismo y narcotráfico.

A ojo de muchos, en unos cuantos días México se convirtió no en un país conciliador, sino en una cueva de dictadores y opresores. Antes de ganar las elecciones, López Obrador fue señalado de querer imponer un régimen populista más allegado a Cuba y Venezuela que a gobiernos progresistas, e incluso en su mandato ha copiado esquemas venezolanos como la participación del Ejército en empresas gubernamentales, la centralización del poder, la polarización y el ataque a los medios de comunicación. 

Los pasos dados por esta administración no deben ser vistos como casualidad sino como causalidad. Debemos ponernos en alerta ya que podríamos estar más cerca de lo que muchos advertimos, que las intenciones de la 4T apuntan a desaparecer nuestra democracia y libertad para incorporarnos a un esquema autoritario.

 

@CarlosPavonC