La creación de un bloque comercial EU-Canadá-México y los países de América Latina y el Caribe sonó bien en Palacio Nacional durante la sesión solemne de jefes de Estado, de Gobierno y cancilleres. Sin embargo, la Celac debería de darle una buena revisada a los costos soberanos que ha tenido que pagar México para aumentar sus exportaciones.

Estados Unidos aceptó el mercado norteamericano por dos razones:

1.- Absorber un potencial mercado de consumo de 120 millones de mexicanos para productos estadounidenses y subordinar el modelo de desarrollo de México a la lógica del capitalismo estadounidense.

2.- Liquidar el contenido nacionalista de México y de su política exterior progresista para ampliar la frontera estratégica de inteligencia, militar y seguridad nacional de EU del río Bravo al río Suchiate, como se aprecia hoy con el papel de contención de México de las migraciones centroamericanas.

De firmarse ese tratado TCL-CELAC, la primera decisión que habría de tomar América Latina y el Caribe sería olvidarse de Bolívar, de los socialismos y populismos y de aceptar el dominio absoluto del capitalismo estadounidense. El Tratado fue un proyecto de liquidación del nacionalismo de México, como se lo explicó en 1991 el entonces embajador John Dimitri Negroponte al Departamento de Estado para apresurar la aprobación en Washington (Proceso 11 mayo 1991):

Un TCL institucionalizaría la aceptación de una orientación estadounidense en las relaciones exteriores de México”. (Memorándum Negroponte, en (https://seguridadydefensa.mx/zonazero/zona-zero-n-47/)

El Tratado, además, afianzó el modelo neoliberal De la Madrid-Salinas de Gortari y fue el candado para la apertura mexicana del priismo estatista a un modelo de democracia representativa al estilo estadounidense que lo llevó a la alternancia panista y morenista.

Así que la Celac debe pensar bien lo que desea.

Zona Zero

  • Mientras el Gobierno de Biden-Harris ha arrestado a un millón de migrantes en este año y cerró las puertas a cientos, miles más procedentes de Haití, Centroamérica y México, los expresidentes Clinton, Bush y Obama están patrocinando la regulación migratoria de más de cien mil afganos que van a recibir visas rápidas y naturalizaciones migratorias urgentes. Hay de intereses a intereses.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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