La integración dominante de Estados Unidos sobre América Latina no se localiza en la OEA, un organismo político y diplomático que opera sobre dos vínculos de subordinación: el económico por la preponderancia del capitalismo estadounidense y el político basado en la Doctrina Monroe de “América para los americanos (EU)”.

El vínculo más fuerte es el tercero: el militar. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca funciona como una especie de OTAN latinoamericano. El TIAR se fundó en 1947, un año antes de la creación de la OEA, en el escenario del Acta de Seguridad Nacional de 1947 que ha determinado la doctrina imperial de Estados Unidos.

Y aunque México, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua no son ya parte del TIAR, los mecanismos de hegemonía militar estadounidense siguen funcionando en el organismo conocido como Junta Interamericana de Defensa y la Conferencia de Ejércitos Americanos.

Este es el contexto más complicado para disolver la OEA y crear un organismo latinoamericano sin Estados Unidos. El accionar militar estadounidense ha funcionado en el financiamiento de golpes de Estado (Chile, Guatemala), la invasión directa (Panamá, Cuba frustrada en Playa Girón, Granada) y sobre todo la dependencia económica latinoamericana del capitalismo estadounidense y ahora el sometimiento social con los 60 millones de hispanos en Estados Unidos según el censo y las caravanas de migrantes mexicanos y centroamericanos que quieren convertirse en estadounidenses para alcanzar el sueño americano del confort dolarizado.

La reunión mañana de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Palacio Nacional mostrará que nada hay viable en la integración económica y comercial. Y a ello se agrega la nueva fase de la guerra fría que ha encendido los botones militaristas de EU ante el acoso de Rusia, China, Irán y el terrorismo islámico radical.

Zona Zero

  • Hundido Cuba en el fracaso comunista y penetrada América Latina por el narcotráfico, la Casa Blanca va a darle prioridad regional a la estrategia de lucha contra el narcotráfico. El instrumento de penetración en los países de la región es la Estrategia de Lucha Contra el Crimen Organizado Transnacional de Obama-Biden en julio de 2011 para controlar gobiernos vía la militarización de lucha contra los cárteles.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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